• Hasan Rohani afirma que esos "actos terroristas e inhumanos de estas personas no tienen nada que ver con el islam".
  • La condena es una novedad, pero no sus diferencias del régimen chiita con los sunitas del Estado Islámico.
  • "Aquellos que apoyaron a los extremistas y les brindaron fondos tienen que disculparse ante los pueblos del mundo y quienes todavía siguen esta política deben dejar de respaldar a los terroristas", dice Rohani.
  • Y son también los iraníes los que están acusados del estallido de la sede de la organización mutual AMIA que dejó 85 muertos en Buenos Aires en el caso Nisman.
El pasado domingo, el grupo terrorista yihadista Estado Islámico difundió un vídeo de 5 minutos donde se muestra cómo decapitan a 21 cristianos coptos egipcios en Libia.

Pues bien: el presidente de la República Islámica de Irán, Hasan Rohani (en la imagen), ha calificado de "inhumana" y "salvaje" esa decapitación. "Estos actos se cometen en nombre del islam y de los musulmanes, mientras que los actos terroristas e inhumanos de estas personas no tienen nada que ver con el Islam", afirmó el mandatario tras insistir en que Irán "condena categóricamente este crimen inhumano y salvaje".

Rohani, en la sesión del Consejo Supremo de la Revolución Cultural de Irán, en Teherán, denunció que los milicianos, emitiendo imágenes impactantes de sus crímenes, buscan propagar el odio y la violencia en la región, publica Fides

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán ya había condenado el lunes el brutal asesinato de la veintena de cristianos coptos y había asegurado que los crímenes de los yihadistas favorecen los intereses y objetivos del Estado de Israel. Asimismo, la diplomática iraní expresó su más sentido pésame a los familiares de las víctimas y al pueblo egipcio y subrayó la necesidad de combatir el extremismo y sus fuentes.

Por su parte, el Parlamento iraní también ha emitido una declaración condenando la masacre llevada a cabo en Libia, donde se pone en tela de juicio a "los gobiernos occidentales y los emiratos regionales" que han "fortalecido a ese grupo criminal, y a cuya cuenta se debe añadir esta masacre".

"Aquellos que apoyaron a los extremistas y les brindaron fondos tienen que disculparse ante los pueblos del mundo y quienes todavía siguen esta política deben dejar de respaldar a los terroristas", indicó el presidente iraní.

Y todo esto suena muy bien, aunque no hay que olvidar las grandes divergencias que separaan al régimen chiita de Teherán con los sunitas en lo político (de ahí su enfretamiento con Arabía Saudi), en las versión armada del grupo terrorista Estado Islámico. El gesto iraní no desplaza el problema: el régimen de Teherán nos tiene acostumbrados a masacrar los derechos humanos, también en su propio país o incluso fuera de él.

Y si no, dénse una vuelta por el caso Nisman, en Argentina: pocos días después de que el fiscal Alberto Nisman presentase una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández, el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, y otros dirigentes oficialistas, fue hallado muerto en su vivienda en la capital del país sudamericano con un disparo en la cabeza. El fiscal había acusado a Fernández de liderar un complot para encubrir a los iraníes acusados del estallido de la sede de la organización mutual AMIA (judía) que dejó 85 muertos en Buenos Aires. Irán siempre ha negado estar relacionado con el atentado.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com