Los separatismos más radicales, tanto en Cataluña como en Euskadi, ya no son proletarios sino burgueses.
La RTVE más sectaria, mas dependiente del progresismo de izquierdas, marcó el homenaje del Congreso a las víctimas del terrorismo con la ligeramente repugnante entrevista a Arnaldo Otegui en RTVE. Rufián no se levantó en el hemiciclo sólo porque don Gabriel tiene que montar su numerito o no sería don Gabriel. Irene Montero no aplaudió porque la astucia de su pareja, el sinuoso Pablo Iglesias, se convierte en ella en mera vulgaridad.
En Cataluña el peligro separatista es el paganismo burgués (Convergencia). En Vascongadas, lo mismo: el peligro no es Otegui: es Urkullu
Pero el silencio más llamativo fue el de Aitor Esteban, portavoz del PNV, verdadero arquetipo de la soberbia nacionalista vasca, justificando, no sólo la entrevista desde RTVE, sino la ‘legalidad’ del exetarra y proetarra Otegui como líder de la izquierda vasca en lugar de líder de los asesinos vascos.
¿Y por qué Pedro Sánchez –mejor, los dos penantes del Gobierno, José Luis Ábalos e Iván Redondo- han permitido a la vitriólica Rosa María Mateo la entronización de Otegui? Pues porque el presumido y ambicioso Albert Rivera se ha enfrentado al Nuevo Orden Mundial (NOM) y pone en peligro la investidura, por la vía directa, de Pedro Sánchez.
A los padres del PNV les salieron hijos de HB. A los padres convergentes les han salido vástagos de la CUP
Sí, hablo de Ábalos y Redondo porque Pedro Sánchez es una cabeza hermosa pero sin seso. Lo suyo no es diseñar una estrategia política, lo suyo es posar y sentirse a gusto consigo mismo. Y eso lo hace muy bien.
Ábalos y Redondo, muy a su pesar, porque su objetivo sigue siendo Ciudadanos, y aún no desisten de minar el liderazgo de Rivera a favor de Arrimadas, consideran que no hay otra posibilidad que la de volver al Frente Popular: socialistas, comunistas y separatistas. Igualito que en 1936. Por eso cederán Navarra a los separatistas vascos. Y ojo, son muy conscientes de que, tanto en Cataluña como en Euskadi, el independentismo más radical es ahora el antiguo nacionalismo burgués y está representado, no por Batasuna sino por el PNV, no por ERC sino por los herederos de Convergencia. En cualquier caso, el proceso es el mismo: a los padres convergentes les han salido hijos de la CUP y a los padres Peneuvistas les han salido hijos batasunos.
Además, en el PNV la traición, como el chiste de la rana y el escorpión, está en su naturaleza. El PNV traicionó a Rajoy tras sacarle concierto y cupo y traicionará a Sánchez tras sacarle Navarra.
Eso sí: Ábalos y Redondo aún no pierden la esperanza de que las presiones del Nuevo Orden Mundial (NOM) terminen por hacer ceder a Rivera o, si el Frente Popular se pusiera imposible –y el frentepopulismo siempre acaba en ruptura o en guerra civil- volver a convocar nuevas elecciones. En esta última tesis es en la que está Iván Redondo.