Fernando Abril-Martorell es presidente de Indra desde enero de 2015
El Gobierno Sánchez, pese a estar en funciones, trata de proteger a Indra, pues quiere aplicar el modelo francés. Es decir, que sus acciones tengan doble derecho de voto, premiando así su fidelidad como accionista estable que es, en dicha compañía.
Al parecer, el Ministerio de Economía que dirige Nadia Calviño (quien podría haberse quedado fuera de la carrera por dirigir el FMI, según Financial Times) está preparando un Anteproyecto para modificar la Ley de Sociedades de Capital. De esta forma, haría posible un mayor control de la SEPI -o sea, del Estado- en empresas estratégicas como Red Eléctrica y Enagás, así como en Indra, como informa El Economista.
El hecho de que dicho cambio pudiera afectar a la compañía que preside Fernando Abril-Martorell no es baladí: sería una buena estrategia dado que la ingeniería francesa Thales (participada por el Estado galo) ha intentado comprarla en más de una ocasión. Tampoco hay que olvidar que recientemente Indra ha presentado un escaso resultado y que ha roto las negociaciones con Rolls Royce para comprar ITP… por el momento. Esta operación, como bien saben, era la gran baza de Abril-Martorell para mantener la presidencia y contaba con el apoyo del PNV, pero el PSOE, y más concretamente Pedro Sánchez, quiere que el exministro Miguel Sebastián (que es consejero de la compañía desde el pasado enero) le sustituya en una silla que ocupa desde enero de 2015.
El Gobierno pretende mantener su posición en Indra (18,7%), Red Eléctrica (20%) y Enagás (5%), pero tener el doble poder de voto: más poder con la misma inversión
El Gobierno pretende mantener su posición accionarial en Indra (18,7%), Red Eléctrica (20%) y Enagás (5%), pero tener el doble poder de voto, lo que atacaría el principio ‘sagrado’ de una acción-un voto. En el caso de REE y Enagás tiene mucho sentido: para evitar que se les vayan de las manos empresas estratégicas, dado su control de la red eléctrica y gasista respectivamente, porque ya tienen a fondos en sus accionariados (entre ellos, BlackRock). Y en el caso de Indra, no hay que olvidar que es estratégica, sobre todo, en lo que a defensa se refiere: además es accionista de Hisdesat -sociedad que opera servicios gubernamentales por satélite en las áreas de defensa, inteligencia y asuntos exteriores- junto a Hispasat (ahora propiedad de REE), Isdefe (sociedad del Ministerio de Defensa), Airbus y la tecnológica Sener.
Recuerden que con el Gobierno Rajoy, en agosto de 2013, la SEPI compró la participación de Bankia (20,1%) en Indra por 337 millones de euros, aunque años después, Cristóbal Montoro se negó a poner más dinero y rebajó su porcentaje al 18,7% actual en mayo de 2017 al no participar en la ampliación de capital realizada con motivo de la OPA para comprar Tecnocom.
Eso sí, proteger a Inda no tiene por qué suponer la protección de Fernando Abril-Martorell.