Los españoles necesitamos un poco de disciplina
Además de ultra -y si no vean el ejemplo de Vox- el cristianismo se ha vuelto locura. En la era moderna, que ha sido cualquiera era en su momento, en presente, cuestiones como la transustanciación, esto es, que en el pan consagrado está el mismísimo Dios, o como la oración mental -el hombre habla y Dios responde- son considerados como muestras fehacientes de que se está como una chota rosa.
El conocimiento profético ha sido siempre muy valorado -fieles y jerarquía- por los cristianos en cualquier época y de cualquier cultura. Sin embargo, hoy las meras profecía provocan chistes y cualquier hecho sobrenatural (milagros o apariciones) son la prueba de nuevo de la oligofrenia profunda o tara mental.
Entre no creer en nada y creer en todo, lo segundo resulta más racional, incluso más científico
Al final, lo que late es la siguiente pregunta: ¿cómo pueden ustedes creer en Dios en pleno siglo XXI? En especial, en un Dios pendiente del hombre. ¿No lo saben? El hombre se ha creado a sí mismo, o la memez subsidiaria de que es el hombre quien crea a Dios.
Y en resumen: todo lo que no sea atención exclusiva al flujo de percepciones sensoriales inmediatas es pura chifladura para la atmósfera imperante en 2019.
Cuando una cosmovisión está en lo cierto, por mucho que se le ignore, vive en resurrección permanente. Es justo lo que está ocurriendo
La verdad es que entre no creer en nada y creer en todo, lo segundo resulta más racional, incluso más científico. Entre otras cosas porque el conocimiento humano se hace, en la inmensa mayoría de los casos, por confianza en el otro, dado que apenas podemos aprehender una millonésima parte de la realidad. Nunca he estado en Vladivostok, pero me creo que exista.
Sin embargo, salvo ese cristianismo ‘light’, que antes se calificaba como ‘cristianismo de misa dominical’, si un cristiano quiere ser coherente con su fe, ya no es que deba abandonar toda esperanza de medro profesional: no va a ser marginado, va a ser atacado.
¿Y esto es malo? No mucho, cuando una cosmovisión está en lo cierto, y la cristiana lo está, se la puede ocultar, sustituir, prohibir o tildar de patraña o locura que, a la postre, vive en permanente resurrección.
Pero naturalmente lo más grave, gravísimo, es que si te comportas como un cristiano coherente es que eres un ultra. Por ejemplo, si defiendes lo que siempre ha defendido la humanidad, que la vida humana es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural eres un fanático, un ultra… y un pelín fascista.
No hay que preocuparse mucho: la verdad siempre aflora, Es más, aflora de continuo para desesperación de la mentira.
En cualquier caso, nada fuera de lo normal. Recuerden: "Seréis odiados por todos a causa de mi nombre".