• Y naturalmente, eso supone echar a Dimas Gimeno.
  • Ahora bien, Lasaga se niega. Primero quiere cambiar el modelo de negocio.
  • Y los Areces y García Miranda no han vuelto hablar de pacto con las hermanas Álvarez Guil.
  • El problema sigue siendo Qatar, que el tiempo pasa.
  • Ahora, la hija de Isidoro ha ordenado una auditoría sobre la gestión de Gimeno.
  • Enfrentada a Florencio Lasaga, el gran apoyo de las dos hermanas es el inquietante, e incombustible, Cernuda.
El Corte Inglés parece no estar capacitado para alcanzar la paz. Y sería muy necesaria dado que lo que más urge es el cambio de modelo de negocio y solventar el lamentable acuerdo con el peligroso jeque de Qatar, que amenaza con convertirse en el futuro dueño de los grandes almacenes. El caso es que Marta Álvarez Guil, hija de Isidoro Álvarez, y junto a su hermana Cristina, controladora de IASA, un 22,5% del capital, quiere ser presidenta de El Corte Inglés y echar a Dimas Gimeno, a la sazón su primo. De esta forma, Cristina Álvarez Guil, que ya es vicepresidenta del Fundación Ramón Areces, accedería a la Presidencia de la Fundación cuando se retirara Florencio Lasaga, mientras su hermana Marta sería presidenta de El Corte Inglés. Para ser exactos, Marta quiere ser la presidenta, echar a Dimas Gimeno y contratar un Ceo o elevar a alguien de su confianza. Un programa en el que le ayuda el inquietantate responsable de Seguridad de El Corte Inglés, Juan Carlos Fernández Cernuda, al decir de una exministro de la Corona, "el más poderoso de todo El Corte Ingles". Al parecer, Cernuda sabe que la época Lasaga puede pasar, mientras que la época Álvarez Guil está por llegar. Con Cernuda como intermediario, Marta ha solicitado una auditoria sobre la gestión de Dimas Gimeno, al tiempo que aprovecha los servicios de SpencerStuart, la empresa de cazatalentos y actividades anexas que últimamente trabaja mucho para el ECI. No se confundan, fue el propio ECI, no Marta Álvarez Guil, quien contrató en primera instancia a SpencerStuart para estudiar la remuneración de los consejeros, pero luego se ha ido haciendo uña y carne con el ECI y, pasando de lo institucional a lo personal, con Marta Álvarez Guil. Esos también buscan un ceo para El Corte Inglés. Porque el objetivo es ese: Marta presidenta y un ceo que lleve la gestión. Dimas Gimeno a la calle. Pero quien ahora mismo continúa mandando en El Corte Inglés es Florencio Lasaga, quien lidera el patronato de la Fundación Ramón Areces, propietaria del 37,5% de ECI.  Y Lasaga le ha dicho a Marta que no. Primero porque empieza a ver con buenos ojos a Dimas Gimeno y su gestión (cuando murió Isidoro Álvarez no fue así) y segundo porque no está dispuesto a entregar ECI a las dos hermanas. En paralelo, está paralizando las negociaciones para un acuerdo de accionistas que adelantara Hispanidad. Entre Paloma García Miranda, los Areces y las hermanas Álvarez Guil tienen el control de un 40% de ECI. Ahora bien, aunque este sería el camino lógico, lo cierto es que no gusta ni la obcecación de Marta contra Dimas Gimeno ni lo que dice el propio Lasaga: no se trata de nombres, se trata de adaptarnos a los nuevos tiempos, porque el modelo de cuentas de ECI, y esto si que es grave, no funciona en un mundo controlado por el modelo online. Y ojo, porque el peligro, con cuenta atrás, es Qatar. Cuando el jeque adquirió su participación de El Corte Inglés (10%) no estaba comprando una porción del pastel sino otorgando un crédito en condiciones draconianas Si se descuidan, se queda con ECI. Y el tiempo pasa y ECI no puede obtener, ni de lejos, la rentabilidad exigida por el chico del desierto. Y naturalmente, una vez que se haga con ECI lo venderá en 48 horas. Ya saben: se llama especular. En cualquier caso, lo que pretenden las hermanas Álvarez Guil es lo lógico: un acuerdo entre accionistas que devuelve al poder a los propietarios. Lo que no es lógico es la obsesión de Marta por cargarse a Dimas. ¿A santo de qué? ¡Ah! y como Lasaga se ha plantado, del plan de las hermanas Álvarez Guil de cambiar a Dimas en la junta de finales de agosto, nada de nada. Pero lo seguirán intentando. Eulogio López eulogio@hispandiad.com