- La ingeniería necesita 100 millones para reducir un tercio la deuda, pero vale sólo 73,6 millones.
- Si los accionistas hubieran querido salvar Duro, sólo tenían que aportar 15,5 millones para los pagos inmediatos.
- El Santander ha elegido a Acacio Rodríguez por su experiencia para sacar a flote empresas en crisis y proyección internacional.
- También por el necesario vuelco en la gestión, actualizar la estructura societaria y acelerar desinversiones.
La ingeniería asturiana
Duro Felguera oficializó el viernes, 24, el
relevo en la presidencia del grupo tras la dimisión de
Ángel del Valle con el nombramiento de
Acacio Rodríguez (
en la imagen). Es el hombre elegido por la banca para hacer viable la empresa y con un cometido muy concreto: venderla.
Duro Felguera necesita ahora 100 millones para ser viable. Llegarán mediante la
ampliación de capital prevista para la entrada de un
socio industrial. Pero, ojo, hablamos de un grupo que vale en bolsa 73,6 millones. Es decir, esa
la inyección de capital supera la capitalización. Se trata en realidad, por tanto, de una venta, y ese será el principal cometido de
Acacio Rodríguez. Esa inyección de dinero, a su vez, recortará en esa medida la deuda actual, situada en 351,2 millones de euros.
Los bancos han abierto la
línea de liquidez de 31 millones, necesaria para que
Duro Felguera pague las nóminas o pueda afrontar otros pagos. Planteó a la empresa, no obstante, asumir juntos y a partes iguales esas garantías, pero la empresa -es decir, sus accionistas- se negaron. Es la razón del final de Del Valle, aunque seguirá como consejero pero sin poderes ejecutivos.
La banca, liderada por el
Santander (la entidad más expuesta; en concreto con un 54% del riesgo por 900 millones repartidos entre
deuda,
créditos y
avales), se ha fijado en Acacio por su propia
trayectoria profesional. Será él quien gestione en un momento delicado, sobra decirlo, dentro de la nueva prórroga para renegociar la deuda (
standstill), hasta el 15 de enero.
Esa negociación, alargada, con condiciones y entre sobresaltos, ha provocado también un
desgaste en la actividad de la empresa (léase, sobre
contratos en curso, paralizados o retrasados, y difícil acceso a nuevos) y un
daño reputacional inevitable. Todo ello se suma a la propia evolución de la empresa, descendente en los últimos cinco años.
Acacio Rodríguez dirige la consultora
Unilog, especializada en asesorar al sector siderúrgico, metalúrgico y energético, que el mismo fundó. Y a esa actividad se une su experiencia profesional, tanto en los cargos directivos que ha ocupado en empresas como
Ford Europa o
Fujitsu España, como por su papel en sacar a flote empresas públicas en crisis.
Importante, en ese sentido, su responsabilidad en el pasado en
Enasa -o su marca comercial
Pegaso-, en
Ensidesa o
Altos Hornos de Vizcaya, forzadas a fuertes ajustes y planes de reconversión.
Acacio tendrá reconducir ahora
Duro Felguera, que vale en bolsa diez veces menos que hace cinco años (la capitalización superó los 870 millones), que sigue en
pérdidas (98,5 millones hasta septiembre), con una
facturación anual inferior en unos 200 millones a la acostumbrada en los últimos ejercicios, con problemas de
impagos en varios países (Australia, Argentina o Venezuela), y sobre la que pesa una querella de la
Fiscalía Anticorrupción contra los dos últimos presidentes por el pagos de comisiones ilegales en Venezuela.
En fin, no son pocas razones para que
Ángel del Valle presentara su renuncia antes de lo que lo ha hecho, a pesar de representar a la propiedad (24,4% de la
familia Arrojo).
El primer paso, ahora, será la
venta de la sede de Duro Felguera en Madrid por 33 millones. Forma parte del orden del día de la reunión del próximo Consejo,
el miércoles, día 29. También ahí se deberá nombrar al consejero que sustituya a Acacio Rodríguez.
Rafael Esparza