- Caixabank, Unicacaja y Kutxabank sólo esperan a saber si el Ejecutivo que surja tras el 20-D se compromete con el aceite español.
- No les interesa seguir en el capital de Deoleo y si han permanecido hasta ahora es porque Agricultura se lo pidió.
- El acuerdo entre los tres accionistas, que 'aguantan' con el 21,4%, es que si uno de ellos se va, los otros compren su parte.
- La parálisis en la aceitera, marca estratégica española y controlada por el fondo británico CVC, es total.
El Gobierno no ha cumplido con la mayor aceitera del mundo, que es española, se llama
Deoleo y está controlada por un fondo británico de capital riesgo,
CVC. Es la principal queja del núcleo bancario español en la aceitera, que forman
Caixabank,
Unicacaja y
Kutxabank. Entre los tres suman un 21,4% de las acciones, que han mantenido hasta ahora porque así se lo pidió Agricultura, a la espera de las consecuencias de lo que pudiera hacer y deshacer CVC en un mercado tan
sensible.
Sobra decir que el fondo británico llegó a
Deoleo únicamente por el potencial de una inversión ajustada al
modus operandi de un fondo de su naturaleza, esencialmente especulativa. Y sobra añadir que el aceite de oliva, marca estratégica española, no puede tener ese calificativo cuando dependen del él miles de familias.
A partir de ahí se entiende mejor la petición del Gobierno a Caixabank, Unicacaja y Kutxabank para que no se fueran del capital, un contrapeso a la participación de CVC, que, después de la polémica OPA lanzada en diciembre, ya controla más del 50% del capital. Y se entiende mejor también que las tres cajas hayan permanecido en el capital, algo que no hicieron, por otros motivos,
Bankia y
BMN (vendieron a CVC su 29,9%).
Ahora bien, para esos tres accionistas la inversión en Deoleo no es ni estratégica, ni interesante. Por esa razón, han estado esperando gestos del Gobierno, a través de la
SEPI, para fortalecer la presencia española en el capital, aunque no se han concretado en nada.
La capitalización actual en bolsa de Deoleo está en algo más de 363,7 millones de euros. No estamos hablando, por tanto, de un paso disparatado que la SEPI entrara de una vez en su capital con entre un 10% y un 20%, para sentar en el Consejo de Administración a uno o dos representantes.
El Gobierno se acogió a principios de año a las complejidades propias de la OPA de CVC, cuyos "resultados estaban tardando más de lo que esperábamos", en palabras de la ministra
Isabel García Tejerina pronunciadas en marzo.
El tiempo ha demostrado que fue una excusa. Más si tenemos en cuenta que a renglón seguido la ministra añadió se tomaría una decisión "una vez que esté todo claro y tranquilo" y que la entrada se formularía a través de la SEPI. Sin embargo, no ha habido ningún movimiento que lo haga sospechar. Ni lo habrá ya hasta después de las elecciones.
De ahí el
hartazgo de los principales accionistas, que han esperado pacientemente mientras la acción se devaluaba, aunque por causas ajenas: fundamentalmente por los elevados precios de la materia prima (el aceite), que
condiciona las cuentas de resultados de las aceiteras, erosionando su rentabilidad. Los títulos cotizan, con pocoas oscilaciones, en torno a los 0,32 euros, por debajo del precio de OPA (0,39) y lejos de los máximos del año (0,45).
Caixabank, Unicacaja y Kutxabank sólo esperan ahora a saber si el nuevo Gobierno que surja tras el 20-D se compromete con el aceite español. Y si no es así, se irán del accionariado.
El hecho de que
Cajasur, integrada en Kutxabank, abandonara el viernes pasado el Consejo de Administración de la aceitera -
después de trasferir sus acciones al banco vasco-, no tiene mayor importancia si Kutxabank sigue en Deoleo con su 4,8%.
Pero es lógico desde cualquier punto de vista que los vascos se estén replanteando una salida de la aceitera. ¿Por qué no? De momento, la cosa, ahora mismo, no iría a más. Entre los tres accionistas tienen el compromiso de que la parte que venda uno de ellos la compren el resto.
La parálisis en la aceitera, desde el punto de vista de lo que puedan hacer esos tres accionistas, es total. No decidirán nada hasta después del 20-D.
En cualquier caso, del paso que dé el nuevo Gobierno en Deoleo dependerá su capacidad de maniobra para corregir los
precios de la aceituna (o si lo prefieren, que se pague por la materia prima como Dios manda). Y también para evitar una mayor promoción de las
marcas italianas en detrimento de las españolas. Deoleo dispone en estos momentos de las mejores marcas de aceite de oliva, como
Carbonell,
Hojiblanca o
Koipe, entre las que están también las marcas italianas compradas a
Unilever (
Bertolli y
Carapelli). Y no hay que olvidar, por último, que están en juego muchas subvenciones.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com