Los resultados publicados este jueves por Credit Suisse no han seguido la pauta general que estamos viendo en el resto de entidades, tanto europeas como norteamericanas. Si, en general, el tercer trimestre ha sido mejor por las menores provisiones, en el caso del banco suizo ha sido al revés: el beneficio entre julio y septiembre ha caído un 38%, respecto al mismo periodo de 2019, hasta los 546 millones de francos suizos (511 millones de euros), por culpa de la caída del negocio de banca patrimonial que ni siquiera pudo ser compensada con el crecimiento de la banca de inversión.

Esta caída del beneficio no ha gustado al mercado que ha castigado al banco suizo con una caída que roza el 5% en los primeros compases de la jornada bursátil de este jueves.

Y eso a pesar de que el beneficio acumulado desde enero aumentó un 17,7%, hasta los 3.022 millones de francos suizos (en euros, 2.827 millones) y los ingresos hicieron lo propio (+5,4%), hasta alcanzar los 17.168 millones de francos suizos (16.059 millones de euros).

Todo esto ocurre mientras el supervisor financiero suizo, FINMA, prosigue la investigación acerca de un supuesto espionaje ordenado por el banco en 2019 para vigilar las actividades de su exjefe de gestión de patrimonios, Iqbal Khan, que había fichado por el rival UBS. El caso, que está dañando la reputación de la entidad, provocó la dimisión en febrero del CEO, Tidjane Thiam, tras cinco años al frente del banco. Thiam siempre sostuvo que él no tuvo nada que ver con el asunto.