- El banco helvético culpa de la vuelta a los números rojos a las condiciones adversas del mercado.
- Contexto que ha intentado afrontar con un ajuste de más de la mitad de la reducción de costes prevista para este año (1.265 millones).
- También ha suprimido 3.500 puestos de trabajo, de los 6.000 previstos.
- La cifra de negocio se sitúa en 4.194 millones, un 30,2% inferior a la de hace un año.
- Pero tampoco se salva de ser un tramposo: en febrero, fue multado junto a Barclays por operaciones electrónicas fraudulentas.
- Es el lento declinar de la banca suiza, que nunca ha entendido mucho de ética y ahora, al parecer, tampoco entiende el negocio.
Credit Suisse no ha tenido un buen primer trimestre, pues su negocio ha sido menor. En concreto, el segundo banco helvético ha tenido unas
pérdidas de 273 millones de euros, a pesar de los
tijeretazos en
costes y
plantilla.
Estos números rojos contrastan y mucho con el beneficio neto de 949 millones de euros (al tipo de cambio actual) que presentó en los tres primeros meses de 2015. Aunque la entidad
se lava las manos y echa la culpa a las condiciones adversas del mercado.
Un contexto que
Credit Suisse ha intentado afrontar con un ajuste de más de la mitad de la reducción de costes prevista para este año, la cual asciende a 1.265 millones. Ha suprimido
3.500 empleos de los 6.000 previstos y que supondrán en total un recorte del 12,4% de la plantilla. Por lo que el presidente ejecutivo del banco,
Tidjane Thiam, está convencido de que lograrán e incluso superarán "el objetivo de reducción de costos brutos", establecido en 1.537 millones.
La cifra de negocio, al igual que el
beneficio neto, no ha tenido un buen trimestre. En concreto, se ha situado en 4.194 millones, siendo un 30,2% inferior a la de hace un año. Tampoco el
flujo neto de nuevos capitales ha dado alegrías, pues la cifra ha sido de 9.493 millones (-29,5%). Mientras, las provisiones por pérdidas de crédito se han quintuplicado, hasta los 135 millones.
Pero Credit Suisse tampoco se salva de ser un tramposo. Y es que
el pasado mes de febrero, en EEUU, fue multado junto a Barclays con 135 millones por operaciones electrónicas fraudulentas.
Es el lento declinar de la banca suiza, que nunca ha entendido mucho de ética y ahora, al parecer, tampoco entiende el negocio.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com