- La presidenta de la 'megaembotelladora' europea sale de este órgano asesor dos meses después de incorporse.
- La Generalitat cree que la decisión se debe a las fuertes presiones por las críticas recibidas.
- Claro que también puede ser una forma de rebajar el descontento en el clan familiar.
- Los 11 miembros de la familia Daurella están perdiendo dinero: las cifras van mal, incluso en bolsa.
- Y a todo esto se suma el largo conflicto laboral, que aún no ha acabado, y el anunciado impuesto a los refrescos.
En la órbita
Coca-Cola se ha producido un destacado movimiento.
Sol Daurella (
en la imagen), presidenta de la 'megaembotelladora' europea de la 'marca de la felicidad', parece que ya no quiere 'romper España', pues ha abandonado el Consejo Consultivo de la Diplomacia Pública de Cataluña (
Diplocat), el último invento independentista para venderse en el exterior.
La salida de Daurella se produce dos meses después de su
incorporación, junto a otras 38 personalidades (
ver nombres). La
Generalitat cree que la decisión se debe a las fuertes presiones por las
críticas recibidas, según
El periódico de Cataluña. Recuerden que en las redes sociales hubo una gran campaña, llamada
#CocaColaRompeEspaña, y se pidió el boicot a la famosa marca.
Pero también surgió algún defensor de Daurella como el vicepresidente mundial de marketing de Coca-Cola, el español
Marcos de Quinto: "No me consta que Sol sea independentista, solo trata de impulsar la inversión extranjera en Cataluña y eso es bueno para España". Aunque Sol Daurella no se mojaba en el
procés, su entrada en Diplocat puede verse como algo contradictoria con ocupar un puesto tan alto en una multinacional muy fan de la globalización.
Claro que la salida del Diplocat también puede ser vista como una forma de disminuir el
descontento en el clan familiar, donde la tercera mujer más rica de España
está contra las cuerdas. Y es que está haciendo perder dinero a los 11 miembros de la tercera generación familiar: los negocios (Cobega, Nespresso, Equatorial, Copesco-Sefrisa, Cacaolat) están separados, pero el patrimonio no.
Por ejemplo, en Coca-Cola, su
perita en dulce. Hay que tener en cuenta que Cobega posee el 55,6% de la antigua embotelladora ibérica (hoy llamada Olive Hodco) y el 34% de la 'megaembotelladora' europea. Las cifras van mal, incluso en bolsa, y a esto se suma: el
largo conflicto laboral, que dura ya 36 meses, pérdidas en el centro logístico fallido de
Fuenlabrada (mientras
la multinacional pasa y saca una nueva marca en España sólo para bares), y además, el anunciado impuesto de refrescos.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com