- Entra en vigor el impuesto a bebidas azucaradas de la Generalitat: el consumidor 'paga el pato' (entre un 7 y 51% más).
- En 1943 Santiago Daurella fundó una fábrica de refrescos y gaseosas que despertó el interés de Atlanta… Así nació en 1951 Cobega, la primera embotelladora española.
- Hoy su nieta Sol Daurella preside la 'megaembotelladora' europea, gracias a su poder en Cobega y Coca-Cola Iberian Partners.
- La planta situada entre Montornés del Vallés y Martorelles es la más grande de Coca-Cola en España y produce 200 millones de cajas al año.
- Ojo, la Generalitat no sólo tiene al refresco en su diana, también a lácteos y zumos. Y prepara un impuesto para alimentos muy dulces y grasos.
Coca-Cola está contra las cuerdas en su primera casa española desde el pasado 1 de mayo, pues
Cataluña ha puesto en marcha su
guerra al azúcar con un
impuesto en pro de la salud y la seguridad del consumidor, haciéndole pasar por caja. Por tanto, es este último y no los fabricantes quién
paga el pato: 0,08 euros por litro en bebidas que tengan entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros y 0,12 euros/litro para las que contengan más de 8 gramos.
Así, el consumidor
ya paga entre un 7% y un 51% más por las bebidas gravadas con el nuevo impuesto catalán. Por ejemplo, las latas de Coca-Cola (10,6 gr de azúcar por cada 100 ml), Fanta (8,5 gr) o Pepsi (11,7 gr)
cuestan unos cuatro céntimos más ( 7%). Mientras, las botellas de Coca-Cola de 2 litros se han encarecido 0,24 euros ( 17%), lo mismo que las de las
marcas blancas, aunque estas son las más afectadas: en su caso, el impuesto supone un incremento del precio del 51%.
Lo más curioso es que haya sido Cataluña la primera autonomía que aplica un
impuesto a las bebidas azucaradas y más después de que el Gobierno Rajoy lo guardara en el cajón (su salida dependerá del déficit). Y es que en 1943, el catalán
Santiago Daurella fundó una fábrica de refrescos y gaseosas que despertó el interés de la multinacional de Atlanta… Así nació en 1951
Cobega, el primer embotellador español de Coca-Cola.
Hoy su nieta
Sol Daurella preside la 'megaembotelladora' europea, gracias al poder de su familia en Cobega y también en Coca-Cola Iberian Partners (CCIP) -empresa que no tuvo reparos en hacer un
ERE, a pesar de los beneficios, cerrar plantas (Colloto, Alicante y Palma de Mallorca) y
'cargarse' la fábrica de Fuenlabrada-. Por cierto, el largo conflicto laboral y judicial derivado de dicho ERE dura ya más de 39 meses (3 años y 3 tres meses) y aún no ha escrito su final.
Fuenlabrada, que en su día fue la fábrica más puntera tecnológicamente de España, es ahora un centro logístico, aunque con escaso trabajo efectivo. Su papel en la producción lo han asumido otros centros, como los de Barcelona, Valencia y Sevilla. Destaca la
planta situada entre Montornés del Vallés y Martorelles, la más grande de Coca-Cola en España (tiene 500.000 metros cuadrados) y una de las tres más grandes de Europa, que produce 200 millones de cajas al año pero tiene un
problema urbanístico.
Ojo, porque la Generalitat no sólo tiene al refresco en su diana, su nuevo impuesto (con el que espera recaudar
31 millones de euros anuales)
también grava a bebidas lácteos y zumos. Además, el secretario de Hacienda,
Lluís Salvadó, ha avanzado que preparan un impuesto similar para los alimentos con exceso de azúcar y grasa. Vamos, que el consumidor seguirá
pagando el pato aún más… todo sea por su salud y seguridad, como aplaude la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com