• La iniciativa partió de la entidad andaluza y no ha sido mal recibida en Barcelona.
  • En cualquier caso, la operación no gusta al Gobierno de Susana Díaz.
  • El problema de Unicaja se llama cláusulas suelo.
  • La propia entidad ha reconocido que los 370 millones de euros provisionados pueden ser insuficientes.
Decíamos ayer que la banca ha rechazado la gran fusión del ministro Luis de Guindos: Liberbank, Unicaja e Ibercaja. Si se trata de dar un paso más en la consolidación del sector es mejor el sistema tradicional: el pez grande se come al pequeño. Y bajo ese modelo, Caixabank estudia la compra de Unicaja. Eso sí, la iniciativa partió de la entidad andaluza y no ha sido mal recibida en Barcelona. La absorción de la entidad que sigue liderando Braulio Medel (en la imagen, a la derecha) -bajo la Presidencia de Manuel Azuaga- tiene todo el sentido industrial del mundo, como diría José Ignacio Goirigolzarri. Tras hacerse con el oeste de Andalucía -Caixabank compró Cajasol en 2012-, la compra de Unicaja permitiría controlar la zona este. Efectivamente, la absorción de Unicaja tiene mucho sentido industrial. El banco que preside Jordi Gual (en la imagen, a la izquierda), daría un salto de gigante en Andalucía. La operación, sin embargo, no gusta al Gobierno de Susana Díaz. ¿Unicaja, también, en manos de los catalanes? Ni hablar. La controversia no es nueva: conocidas eran las broncas entre Medel y cajas catalanas en las reuniones de la Ceca. En cualquier caso, el problema de Unicaja no se llama Susana. Se llama cláusulas suelo. Hasta el momento, la entidad ha provisionado 370 millones de euros, pero puede ser insuficiente, tal y como reconoció el banco antes de su estreno bursátil. Por cierto, la salida a Bolsa permitió devolver los 604 millones de euros por los Cocos que recibió del FROB en 2013 para la fusión con Caja España Duero, y poco más. De hecho, Medel no ha renunciado al plan B, esto es, a la entrada de un socio en el accionariado.

Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com