La historia se repite: cuando las economías familiares van mal -y los tipos de interés siguen en negativo- los bancos echan mano de su negocio mayorista para amortiguar el golpe. Lo vimos el jueves con las entidades alemanas y este viernes, con BNP Paribas, que redujo su beneficio ‘solo’ un 13,5% en 2020, hasta 7.067 millones de euros, gracias al negocio de banca corporativa e institucional.

Hablamos, concretamente, de los ingresos provenientes de la negociación de divisas, materias primas y renta fija -especulación a tope- que en el cuarto trimestre aumentaron un 22%. Por lo demás, la cifra de negocio alcanzó los 44.275 millones de euros, un 0,7% menos que en 2019.

El consejero delegado del primer banco francés, Jean-Laurent Bonnafé, destacó la “solidez financiera, su transformación digital e industrial y las capacidades de ejecución de sus plataformas”, lo que se tradujo en una reducción de costes del 3,6%, hasta alcanzar los 30.194 millones de euros. Eso está bien, pero no se puede vivir de recortar costes durante toda la vida.