- España vuelve a ser negocio: el directivo asegura que en unos años aportará el 30% del beneficio del grupo y si el país sigue creciendo llegará al 50%.
- Argumenta la apuesta turca de FG: es una población muy joven, muy digital y poco bancarizada.
- Y se queja de la avalancha regulatoria en Estados Unidos.
El director de negocio de
BBVA España, Turquía y Estados Unidos,
Jorge Sáenz de Azcúnaga (
en la imagen) ha señalado este jueves que la digitalización del banco, la gran obsesión de
Francisco González (
FG), "es una palanca para transformarnos y ayudarnos a mejorar la experiencia de cliente" y, en ningún caso perjudicará al canal agencias. De hecho, según el directivo, los clientes online son los que más acuden a las oficinas. Sorprendente.
Sea como fuere, es normal que Sáenz de Azcúnaga, hombre de Vicente Rodero -responsable de todas las franquicias- defienda la red de oficinas frente al embate de los digitales. Jorge, hijo del histórico
José Antonio Sáenz de Azcúnaga, uno de los directivos más destacados en la creación del BBV, es, en definitiva, un profesional ligado a la banca tradicional. Un analógico. Pero tampoco puede minimizar el peso que lo digital ha adquirido en la entidad, de la mano de
FG. Por eso dice lo que dice y asegura que las sucursales son complementarias, y no alternativas, a los canales digitales.
Más cosas de la intervención de
Sáenz de Azcúnaga en el XI Encuentro del Sector Bancario, organizado por el IESE: "Cuando España recupere un poco más volveremos al 50%-50%", ha señalado. Es decir, que nuestro país volverá a ser negocio, aunque llegar a aportar el 50% del beneficio del grupo se presenta como un objetivo a largo plazo, ya que en 2015 se espera que sea del 20% y en los próximos años, del 30%. Y todo mediante un crecimiento orgánico. "Estamos creciendo mes a mes de manera orgánica en España", ha asegurado, aunque también ha matizado que estudiarán todas las operaciones que se presenten.
¿Qué pasa con
Garanti, la franquicia del
BBVA en Turquía? Según el directivo, las incertidumbres políticas del país se han disipado con las últimas elecciones. Comicios que, como saben, ganó Recep T. Erdogan. Pero lejos de disiparse, la victoria de Erdogan no hace sino confirmar
las amenazas sobre el banco. Da igual,
FG sigue empeñado en Turquía. El argumento: la población turca es muy joven, está muy digitalizada y, al mismo tiempo, muy poco bancarizada. Todo eso es cierto, tanto como los riesgos que corre el
BBVA en aquél país.
El otro mercado, competencia de
Sáenz de Azcúnaga, es Estados Unidos.
BBVA Compass, que así se llama la franquicia, es uno de los bancos más importantes del cinturón sur del país y el número 25 de todo Estados Unidos. Tiene oficinas en Alabama, Arizona, California, Colorado, Florida, Nuevo México y Texas. Es, sin duda, un activo importante para el grupo, aunque no termina de despegar, en parte, por los bajos tipos de interés.
Y otro freno para el desarrollo del negocio es la regulación, aunque eso no lo ha dicho
Sáenz de Azcúnaga, que sí ha reconocido que "el mercado es muy complejo y no es muy parecido al español". "Somos de los pocos bancos europeos que no tenemos notas negativas por parte de los reguladores estadounidenses", ha explicado, para reconocer después que el sector está sufriendo una avalancha regulatoria que obliga a los bancos a un esfuerzo constante de adaptación. Además, "no es fácil, porque hay que contestar a muchos interlocutores", ha señalado.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com