• El responsable de las franquicias del banco vive sus peores momentos: todos los medios son para el Ceo, esto es, para la cosa digital.
  • Y está hasta el gorro de discutir con el entorno de FG, concretado en Galatas y en Parias.
  • Todo, con una plantilla (analógica) desmotivada.
Cuando Vicente Rodero (en la imagen) aterrizó en la nueva sede de BBVA en Las Tablas para hacerse cargo del área de Country Networks (supervisa el negocio de todas las franquicias) no podía imaginar lo que se le venía encima. Desde luego, nada que ver con el día a día de BBVA Bancomer (México), entidad de la que fue director general desde octubre de 2012 hasta junio de 2015. La situación se ha ido deteriorando con el paso de los meses, hasta llegar al momento actual en el que Rodero está a punto de tirar la toalla definitivamente. Tranquilos: lo más probable es que no lo haga. Francisco González (FG) sabe cómo atar la continuidad de sus directivos importantes. Y Rodero lo es: es uno de lo pocos sacan adelante la cuenta de resultados. Precisamente, ese es uno de los motivos de su cabreo. Rodero ve que todos los medios disponibles, todas las facilidades habidas y por haber se las lleva el consejero delegado, Carlos Torres, máximo exponente -con permiso de FG- de la cosa digital. Dicho de otra manera, Rodero está hasta el gorro del intrusismo de los digitales, que invaden todas las áreas del banco sin aportar nada positivo a la citada cuenta de resultados. Aún hay más. Ese intrusismo va acompañado de continuas discusiones con el entorno de FG, que se concreta en dos figuras: Manuel Galatas (ya jubilado aunque sigue en relaciones comerciales con FG), hombre de confianza del presidente y responsable del banco en Turquía, y Cristina de Parias, a la que el presidente colocó al frente del negocio en España aunque posteriormente Rodero le colocó encima a Jorge Sáenz de Azcúnaga. Y todo esto ocurre con una plantilla desmotivada. Quedó patente en la última Junta General de Accionistas. Evidentemente, nos referimos a la plantilla analógica y no a la digital. Para estos últimos, el BBVA es un sueño hecho realidad: poder gastar millones y millones de euros sin la presión -ni siquiera la necesidad- de ganar dinero. De eso se encarga un tal Rodero. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com