Resurge la 'batalla' por el pin parental enarbolada por Vox en distintas comunidades autónomas en las que gobierna con el PP. Si hace unos días, el partido de Abascal daba un ultimátum al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, advirtiéndole que sin el pin parental se quedan en minoría, ahora el escenario del enfrentamiento -esta vez entre Vox, PP y Ciudadanos- se traslada a Madrid. 

Según publica 20 minutos, la formación liderada en la CAM por Rocío Monasterio ha recuperado esta medida, que ya había exigido en la región en los primeros meses de la legislatura, porque considera que es "más importante que nunca" tras la puesta en marcha de la Ley Celaá.

La Razón recoge que para la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no hay debate sobre el ‘pin parental’ que exige Vox para dar su apoyo a los presupuestos de 2021 porque “no hay adoctrinamiento en las aulas”.

Ayuso manifestó que entiende que haya familias en la región que estén “preocupadas por un posible adoctrinamiento a sus hijos en los colegios, pero quiero decirles que esto no sucede en Madrid”.“Es más”, añadió, “la Consejería de Educación, desde que nosotros estamos al frente, no ha recibido una sola queja formal por parte de ninguna familia”. 

Asimismo, recordó que este debate del ‘pin parental’ “ya lo planteamos el principio de la legislatura y se sacó de los acuerdos porque llegamos a otro y yo he cumplido y ahora toca que lo hagamos todos”.

Mientras el vicepresidente, Ignacio Aguado opina: "Creo que la prioridad de los madrileños no es el pin parental, por eso espero que la señora Monasterio rectifique y lo elimine de sus exigencias".

Por su parte, desde el PSOE, su presidenta, Cristina Narbona, ha declarado que el presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla “está cediendo a la imposición de la ultraderecha respecto del denominado pin parental”, porque la Junta está “prisionera” de esta exigencia de la ultraderecha para poder sacar adelante cualquier norma en el Parlamento andaluz.

Lo cierto es que le PIN parental no consiste sino en proporcionar a los padres la posibilidad de que sus hijos no reciban 'enseñanzas', por ejemplo en ideología de género, que atenten contra sus convicciones. En otras palabras, asegurar la libertad de enseñanza.