• Imposible que, con estas cifras, el BMN pueda salir a bolsa.
  • La morosidad actual no lo permite.
  • BMN mantiene el tipo con ingresos atípicos.
  • Lo más lógico es que la BMN de Carlos Egea acabe absorbido por Bankia.
Resultados primer semestre, con escasa nocturnidad pero mucha alevosía. Como decía la "ocurrencia" de un líder de la nueva izquierda española "TIC TAC, TIC, TAC"… El tiempo se acaba para BMN, quedan poco menos de dieciocho meses para que tenga que cumplir uno de los compromisos más importantes contraído para recibir las ayudas de la Unión Europea, que no es otro que su salida a bolsa. Tras mucho esfuerzo, puedo ver que los compromisos de reducción de tamaño se puedan o incluso estén a punto de cumplirse, si no existen mecanismos que en un momento determinado pueden ayudar a reducir tamaño y maquillar rentabilidades. Más adelante veremos uno, pero el de la salida a bolsa, ¿qué quieren ustedes que les diga? Yo es que sigo sin verlo ni por lo civil y mucho menos por lo criminal (perdón, militar). Luego se sacarán un conejo de la chistera a última hora, y quedaré fatal con mis previsiones, pero… Con una cuenta de resultados que, a mediados del ejercicio, presenta un resultado neto de 32 millones de euros, un 23,8% menos que en el pasado ejercicio y exactamente la mitad de lo conseguido a 31-12-15, no van a ser capaces de colocar a los inversores un negocio que, en seis meses, ha generado un margen de intereses de 199 millones, un 20,4% menos que en 2015. La entidad, en las cinco escasas hojas de información que proporciona, tal como nos tienen acostumbrados a lidiar la obligación de información a la CNMV, dice que el margen de clientela es del 2,10%: a mí no me salen las cuentas. Así, el margen sólo de clientes rentables sería de 220 millones a mediados de año, ¿me quieren decir que en el resto de las inversiones pierden a razón de 20 millones por semestre, sin tener en cuenta los 2.541 millones de clientes no rentables? No me lo creo. Cuando en un folleto de OPV, los posibles inversores vean que el resultado de explotación antes de provisiones es de 196 millones (37,6% menos que en 2015) con unos activos totales de 40.644 millones -con 0,48% de rentabilidad-, pero que los 2.548 millones de créditos morosos que tienen les han penalizado en 151 millones a lo largo de estos seis meses, yo no sé ustedes, pero es para pensárselo dos docenas de veces antes de poner un euro en un negocio así. Ojo, que estamos hablando de esta cifra de activos que no están recogiendo un saldo indeterminado de activos disponibles para la venta, que, a posteriori, hemos conocido que se trataban de unos 144 millones de unas 6.000 cuentas morosas, que BMN ha vendido después del cierre de junio a la sociedad Axactor, no sabemos a qué precio. Vamos generando ingresos atípicos para maquillar el resultado del ejercicio y además reducir activos. Las perspectivas de mejora son más que discretitas, con un ratio de morosidad del 10,8%, de los más altos del sector, que además está provisionado en un 40,5% y que a lo largo de los próximos meses promete que va a ir generando nuevas dotaciones. A pesar de que informan que la concesión de nuevos créditos ha crecido en este semestre en 1.720 milones, el crecimiento neto real ha sido de 251 millones, no creo que por aquí solo pueda venir un resultado mejor hasta final del ejercicio, aun cuando se esté, incrementando ligeramente el epígrafe de comisiones en un 5,94% y los gastos de explotación se hayan reducido en un 37,6%. Resumiendo me parece que BMN, y escribo respetando el beneficio de la duda, puede estar consiguiendo mantenerse en la batalla de la gestión para alcanzar el objetivo de cumplir con sus acuerdos, pero está fracasando en los objetivos de resultados, que al final van a ser los determinantes al presentarse en el mercado con un folleto de OPV para vender la entidad a los posibles inversores. La otra opción ya se imaginan cuál es: formando parte de los famosos siete enanitos. ¡Absorción! Por Bankia, se entiende. El BMN está llamado a ser absorbido por su hermano mayor entre los bancos propiedad del Estado, tal y como adelantara Hispanidad. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com