En Argentina, el proyecto del aborto que impulsa el Gobierno del izquierdista Alberto Fernández comenzó a ser estudiado en el Senado.

Durante el debate, según recoge Notivida, intervino Evelyn Rodríguez, fundadora de la línea provida para el acompañamiento del embarazo vulnerable, quien narró que desde hace casi dos años en todo el país acompañan a las mujeres que piden ayuda en la línea nacional gratuita (0800-333-1148), una información que parece que a los medios no les interesa. Señaló que hay 350 instituciones voluntarias, que trabajan en la línea. “Es una red federal que se sostiene con recursos propios y abraza a cada mujer que pide ayuda”.

Rodríguez contó que su inquietud surgió de su historia personal -ella y su esposo son padres adoptantes- y concluyó que “una historia dramática puede tener un increíble final feliz”. Puntualizó que en los primeros 20 meses de la Red se duplicaron las instituciones voluntarias, lo que les permitió acompañar a más 1000 mujeres y ver nacer a 420 bebés. “La mujer que atraviesa un embarazo inesperado no necesita un aborto, sino acompañamiento”. Denunció que hay manipulación de embarazadas para que aborten, mientras que a ellos no les permiten ni poner carteles en muchos hospitales.

Denunció que hay manipulación de embarazadas para que aborten, mientras que a ellos no les permiten ni poner carteles en muchos hospitales

Por su parte, María Cecilia Ávila, tocoginecóloga de Catamarca, dijo que en Andalgalá todos los médicos son objetores de conciencia. Confesó que nunca pensó que después de tantos años de estudio los médicos iban a tener que pedir que no se los obligue a matar a un niño por nacer. Explicó que nunca es fácil llevar adelante un embarazo, porque implica cambios de distinta índole y que lo más frecuente es que en un embarazo normal la mujer manifieste algún malestar y el obstetra la tiene que acompañar a transitar “la aventura de estar embarazada”. Acompañó a mujeres que quedaron embarazadas sin planificarlo, “es una noticia dura, pero también una noticia que implica vida” y finalmente el nacimiento es siempre un momento “mágico”. “El proyecto busca normalizar el asesinato de un bebé y transformar a los ginecólogos en partícipes necesarios, en sicarios”. “Es un proyecto genocida”.