Ambos son lo mismo, neocomunistas, revolucionarios de escaño y salario público.
En principio, hay que hacer una concesión al orgullo: Pablo Iglesias ya ha filtrado que se buscará una lista común para Madrid, tanto para el Ayuntamiento como para la Comunidad, es decir, común con el trásfuga Errejón, la letal Manuela Carmena y con todas las opciones –perdón, confluencias– que sean menester. Todos están perdonados aunque ninguno haya pedido perdón.
¿A quién le extraña? Iglesias podía perder el liderazgo de Podemos, que es lo único que no quiere perder. Todo antes que volver a dar clases en la universidad. Si algo teme don Pablo es que en su partido alguien imponga un límite al uso del poder.
En Podemos se vive para el poder, entendido como la capacidad de infligir daño. Pero no son revolucionarios: mean colonia
Pero no nos engañemos: no hay diferencias entre Iglesias, Errejón y Carmena. Los tres son neocomunistas. Ninguno cree en el derecho a la vida del débil, ni en la familia, ni en la propiedad privada. Les gusta el dinero público porque es el dinero que ellos usufructúan a conveniencia, el que les han arrebatado a los particulares y a las familias.
Eso significa que lo único que les preocupa es mantener y acrecentar el poder, un poder entendido como la capacidad de infligir dolor al adversario… o al prójimo que nos disputa ese poder y que, por tanto, se ha convertido en adversario.
Para lograr el poder, el neocomunista (neocom, no confundir con el neocon, es decir, neoconservador) se distinguen del viejo leninismo en que, a diferencia de sus ancestros, al neocom no le gusta hacer la revolución porque ahí sí que te juegas el físico y eso es impropio de un pacifista como, verbigracia, Pablo Iglesias.
Sondeo: Carmena gana pero los 'trillizos reaccionarios' pueden arrebatar el Ayuntamiento de Madrid a los neocomunistas
Por lo demás, comunistas y neocom coinciden en todo. Esto es, no hay diferencias entre Iglesias y Errejón salvo en las formas… y ninguno de los dos quiere hacer la revolución (te pueden matar por eso). Y ambos son como dos gotas de agua en su aversión a la religión y en su precitado pacifismo, que más que espíritu de mansedumbre es miedo a las consecuencias de la imposición violenta, que es lo que realmente les molaría. Pero no se atreven. Son revolucionarios de salario público. Como se dice en los sindicatos de clase: mean colonia.
De hecho, su actitud a imitar es la bolivariana (¿Acaso no fue Errejón quien prorrumpió en lágrimas en el funeral por Hugo Chávez?): llegar al poder por métodos democráticos, engañando a todos los incautos, y una vez en el poder, controlar la fuerza: tanto al Ejército como a la policía, para que sean estos quienes hagan el trabajo sucio por ellas. Eso sí, de forma institucional, democrática.
Sondeo: Carmena gana pero los trillizos reaccionarios pueden arrebatar el Ayuntamiento de Madrid a los neocomunistas
Habrá lista única de Podemos en Madrid, tanto en la Comunidad Autónoma como en el Ayuntamiento. No lo duden. De otra forma, Iglesias y Errejón y Carmena perderían el poder y el salario público. Y eso no puede ser.
Eso sí, la última encuesta asegura que ganará Carmena por la unión de los “trillizos reaccionarios”, es decir, Ciudadanos, PP y Vox.
El problema, una vez más, es que con esos dos frentes, ¿a quién puede votar un católico coherente?