• La cotización corrige los excesos de los últimos calentones. Las acciones A caen un 33% y las B, un 15,4%.
  • La tecnológica está ya en posición de salida, con dinero nuevo y ampliación en curso.
  • Lo peor, como siempre, es la frustración que invade a los que se han dejado llevar.
  • Los nuevos títulos de Abengoa serán admitidos para cotizar el viernes, 31.
Que las acciones de Abengoa suban o bajen bruscamente en bolsa no tiene lógica ninguna. Vamos, que ni en la propia empresa entienden lo de días pasados por una razón muy sencilla: la tecnológica está en posición de salida, como quien dice -una vez superada su situación más crítica- y pendiente de lo que tiene por delante. No tienen ningún sentido, por tanto, que el valor se haya disparado un 40% ni que se despeñe después por encima de ese nivel, cuando todo está claro desde el viernes, 17, con los últimos pasos del plan de reestructuración. Las correcciones son la consecuencia de los calentones, la prueba del algodón de que algunos juegan (especuladores a corto) en plazos que nada tienen que ver con los artificios (para eso están los fuegos festivos). Y el problema, como siempre, es la frustración que sigue en los que se han dejado llevar. Así se explica que Abengoa se deje este miércoles el 25% de su valor. La caída es más acusada en las acciones clase A -hoy bajan un 32,95%, de 0,83 a 0,52 euros-, cuyo volumen es más bajo que el de las de clase B (bajan un 15,38%, de 0,24 a 0,19 euros). Las dos se fusionarán cuando corresponda o cuando sea posible (a razón de 1 A por 1,915 B). Abengoa -más agarrada a la realidad- ha confirmado este miércoles, en hecho relevante, la emisión de 1,577 millones de acciones A y 16.360 millones B, con una dilución del 95% por los anteriores accionistas (ahora tendrán en 5%). Si el calendario se ajusta a lo previsto, los títulos serán admitidos para cotizar el próximo viernes, 31. Claro, es una buena noticia para la empresa, como la ampliación de capital en sí que ha seguido como consecuencia a la entrada de dinero nuevo -lo previsto en el plan de reestructuración- comunicada el martes a la CNMV. Pero esa ampliación ya estaba reflejaba en el valor. No tenía sentido, tampoco, que interfiriera la emisión de warrants (derechos de compra) sobre las acciones A y B. También dentro de lo previsto. El resultado, en suma, incorpora todos los elementos (con los hedges funds y los bancos en la nueva estructura de capital y las quitas) para encarar el futuro. Eso es lo que debe cotizar, al margen de cuales sean los pronósticos de los analistas y es muy difícil, dicho sea todo, recomendaciones fiables en ningún sentido (comprar, vender o neutral). Rafael Esparza