- Los hermanos Jon y Francisco Riberas exigían demasiado: ponían 150 millones de euros, exigían a los bancos otros 100… más 1.250 millones de euros en líneas de crédito.
- Eso es mucho más de lo que pedía el actual equipo directivo de Benjumea.
- Los bancos acreedores no le han dicho no, pero le responderán qué condiciones aceptarían.
- Y eso gracias al Santander que ha defendido la opción Gestamp hasta el final.
- Y lo malo es que la banca acreedora no ha renunciado a los fondos, o al menos a una opción mixta.
- Hasta cuatro fondos se disputan el control de Abengoa. Y KKR ya figura en las tripas de Gestamp.
- Pacto de silencio entre la banca acreedora y Gestamp.
La entrada en
Abengoa del grupo vasco
Gestamp, de los hermanos
Jon y
Francisco Riberas, parecía la salvación de la empresa dentro del proceso de refinanciación de la entidad.
Pero, naturalmente, faltaba el visto bueno de los verdaderos dueños de la compañía, los bancos. Curiosamente, el primer acreedor, el
Santander, parecía dispuesto a apoyar a los Riberas pero no así los demás, de cara a la tensa y larga reunión del miércoles.
En la reunión celebrada durante la mañana del miércoles y que finalizó bien entrada la tarde, el grueso de la banca acreedora se negó a aceptar el plan de los vascos, que, en pocas líneas, consistía en lo siguiente: ellos ponían 150 millones de euros, la banca otros 100, más, atención, entre 1.000 y 1.500 millones de euros en unas
líneas de crédito que habían sido cerradas.
En pocas palabras, mucho más de lo que exigía el antiguo equipo -actual equipo- de
Felipe Benjumea. Así que, a pesar de las presiones políticas para que Abengoa salga adelante, la banca ha dicho
no y ha exigido a Gestamp que mejore, y mucho, la oferta… o no hay trato. Para ser exactos, al final de la reunión se acordó -además de un 'sonoro' pacto de silencio- que la propia banca dijera cuánto está dispuesto a conceder y que Gestamp responda si acepta o no acepta.
A partir de ahí vuelven a entrar en liza los grandes fondos (los fondos buitre es una reiteración: todos lo son). Por cierto, el fondo
KKR ya está en las tripas de Gestamp, precisamente en su división de
Renovables, el fuerte de Abengoa. Hasta cuatro fondos se disputan el control de la firma. Y ya se sabe cuál es la especialidad de los fondos: despedazar empresas.
De ahí, que entre la banca acreedora se diga que una solución podía ser la mixta:
Gestamp se haría con el control de la gestión pero la mayoría se queda en manos de fondos. Para la banca, mejor; para Abengoa, peor. Los fondos van a lo que van.
Por cierto, ese nuevo plan de Gestamp podría contar con el apoyo del
ICO. ¡Ay amigo! Por ahí podrían ir los tiros.
En cualquier caso, Abengoa continúa en 'color de hormiga'. Por el momento, no se ve la salida del túnel y la bolsa así lo certifica: nuevo derrumbe en la cotización, el jueves 12.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com