• Es decir, no hay problemas para pagar la nómina de marzo.
  • Queda pendiente el acuerdo definitivo sobre liquidez: entre bancos y fondos.
  • Oscilará ente 1.500 y 1.800 millones de euros.
  • No se riñe ya por la rentabilidad (15%) sino por la cantidad total y por los plazos de entrega.
  • ¿Se llegará con un convenio antes del 28 de marzo? Parece difícil pero siempre puede obtenerse una prórroga.
  • Entre los bancos cunde la idea de que nadie del equipo Benjumea debe quedarse.
  • Ni tan siquiera Fernández de Piérola, aunque se alaba su actitud.
  • Pero, por el momento, el equipo de futuro tendrá que esperar.
La noticia del día: los bonistas (los fondos) aportarán otros 137 millones de euros como anticipo de la cantidad total de liquidez. Es decir, sin problemas para pagar los gastos más urgentes, sobre todo la nómina de marzo. Ahora bien, eso no significa que se haya llegado a un acuerdo sobre la pieza más importante del entramado: el preacuerdo, que no acuerdo, entre banca acreedora y fondos, por el que los primeros afrontan una quita del 70% y los segundos aportan entre 1.500 y 1.800 millones de euros para afrontar la liquidez imprescindible para los próximos meses. Ojo, el acuerdo ya no son las condiciones. Sobre eso ya se ha llegado al pacto que adelantara Hispanidad: tanto bancos como fondos recibirán una rentabilidad del 15% (muy elevada, por cierto). No el problema son los plazos y, sobre todo, el cuánto. Los bancos aseguran que a menos de 1.500 millones de euros, ellos no capitalizan deuda y no aceptan la quita. Pero se supone que el acuerdo llegará. Eso sí, el plan de ventas preocupa -demasiada lentitud-. Y preocupa también otra osa: para entrar en concurso de acreedores no sólo se precisa un acuerdo del 75% de los tenedores de deuda sino del 60% en cada una de las unidades… y el grupo Abengoa es extenso y complicadito en su organigrama societario. Lo lógico es que no se llegue al 28, pero se solicite una prórroga. A partir de ahí no es que se acabe el problema: el problema empieza. Habrá que jibarizar la empresa. Y es verdad que el Ceo Fernández de Piérola fue bien recibido tras librarse de los Benjumea, pero algunos bancos dudan de que sea el hombre adecuado para reflotar -previa jibarización- Abengoa. Simplemente se trata de que nadie del equipo anterior debe permanecer en la nueva Abengoa. Absolutamente nadie, ni tan siquiera Piérola, que no formaba parte del núcleo duro de Benjumea. En cualquier caso, por ahora hay que mantener a los direcivos del anterior propietario porque son los que conocen la empresa. Y en cualquier caso, hay bancos que sí apuestan por él. Mejor dicho: que confían en él. Pero esa es otra historia. Eulogio López eulogio@hispanidad.com