• Según el último dato del Banco de Italia, la deuda es de 2,48 billones, y es imposible cumplir el objetivo de este año (132,7%). Y a eso se suma un agujero de 5.000 millones.
  • Eso sí, las privatizaciones se harán a la manera italiana: ventas o salidas a bolsa, pero sin perder el control de las empresas.
  • Destacan la venta del 5,74% de Enel (dueña de Endesa) a fondos, que ya le reportó 2.200 millones en 2015, o la no tan exitosa OPV del astillero Fincantieri.
  • Renzi planea sacar a bolsa el 40% de su Correos (Poste Italiane) en octubre y en 2017, hacer lo mismo con sus ferrocarriles (Ferrovie dello Stato).
  • Paradojas: esta última compañía acaba de comprar los ferrocarriles helenos por 45 millones, venta que ha generado polémica en Grecia.
Si el miércoles se encendían las alarmas en España con la deuda pública, ahora toca mirar hacia Italia, que está entre la espada y la pared. Y es que el país transalpino está obligado a hacer más privatizaciones para frenar su deuda récord, que ya alcanza el 135% del PIB, un ratio que supera en 34 puntos al español (100,9%), y evitar un desequilibrio (agujero) que podría alcanzar los 5.000 millones. Según el último dato del Banco de Italia, la deuda es de 2,48 billones de euros. Por lo tanto, parece imposible que pueda cumplir con el objetivo para este año (132,7%) dado el débil crecimiento de la economía transalpina. Al hilo de esto, conviene recordar que tras cinco trimestres en positivo, el PIB italiano se ha estancado entre abril y junio, alejándose del crecimiento del 0,3% obtenido entre enero y marzo. Un estancamiento que se debe a la debilidad del sector bancario, la incertidumbre política europea surgida tras el Brexit, y principalmente, al retroceso de la producción industrial y a la poca demanda interna. Además, Italia es junto a Francia y Austria, responsable del freno en el PIB de la eurozona, un hecho que refleja cómo falla el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, pues su política económica no basta… para salvar a la economía europea como tanto presume. Por lo tanto, Italia no sólo tiene un problema de deuda pública récord, sino que suma otro por el débil crecimiento económico. Para esto último, el primer ministro italiano, Matteo Renzi (en la imagen), pide flexibilidad a Europa y espera que no lleven al país a la recesión. Mientras, para frenar la deuda está el programa de privatizaciones, vía ventas o salidas a bolsa de participaciones, pero, eso sí, sin perder el control de las empresas. Entre las privatizaciones, destaca la venta del 5,74% de la eléctrica Enel (dueña de Endesa) a varios fondos de inversión, realizada en febrero de 2015, que le reportó unos ingresos de 2.200 millones de euros. Claro que la cruz ha sido la no tan exitosa salida a bolsa del astillero Fincantieri, que solo le generó 350 millones, aunque esperaba 600 millones. Además, en 2014, vendió el 35% de la distribuidora energética CDP Reti a State Grid of China y el 40% de Ansaldo Energía. A pesar del buen resultado de la colocación de ENAV -compañía que gestiona el tráfico aéreo-, el desequilibrio para el 2016 podría ser superior a los 5.000 millones. Por tanto, es más importante, si cabe, bajar el elevado ratio de deuda sobre el PIB. Para ello, el Estado italiano planea sacar a bolsa el 40% de su Correos (Poste Italiane) en el mes de octubre y en 2017, quiere hacer lo mismo con sus ferrocarriles (Ferrovie dello Stato). Precisamente, esta última compañía acaba de comprar los ferrocarriles griegos (Trainosé) por 45 millones, venta que ha generado polémica en el país heleno. Cristina Martín cristina@hispanidad.com