• Algo que queda claro en la jornada internacional de proveedores que se celebra en Madrid.
  • Evento al que acuden más de 40 proveedores… aunque en España tuvo 2.020 el año pasado.
  • La 'megaembotelladora" presume de buscar crecimiento sostenible, beneficiando a accionistas, empleados y comunidades.
  • Pero en Fuenlabrada -antes un modelo- "no existe un proyecto real", afirma Juan Carlos Asenjo.
  • El presidente del comité de empresa de la planta añade que hay mobbing colectivo y apenas contenido de trabajo.
Una semana después de que en España se acabara el paripé del divorcio entre la 'megaembotelladora' y la marca, Coca-Cola ha dejado ver sus planes. En concreto, sólo le preocupa la sostenibilidad y el azúcar, mientras pasa de Fuenlabrada. Algo que queda claro en la información sobre la jornada internacional de proveedores que se celebra en Madrid (ver comunicado). Evento al que acuden más de 40 proveedores… aunque en España contó con cerca de 2.020 el año pasado. Asimismo, asisten los principales directivos de Coca-Cola European Partners (CCEP), entre los que no está la presidenta, Sol Daurella. ¡Curioso! Entre ellos, encontramos al director de Cadena de Suministro, Ron Lewis; al Ceo, Damian Gammell; al director de Estrategia, Víctor Rufart (ya saben el que en el punto álgido del conflicto por el ERE dijo "O Madrid o mi cabeza"); al director general en Iberia, Francesc Cosano; y al director financiero, Nik Jhangiani (los cuatro primeros en la imagen). La 'megaembotelladora' europea presume de buscar crecimiento sostenible en todos los países, beneficiando a accionistas, empleados y comunidades. ¿Seguro? Permítannos que lo dudemos. Y es que en la planta de Fuenlabrada -considerada un modelo antes del ERE con beneficios- "no existe un proyecto real", ha afirmado Juan Carlos Asenjo, presidente del comité de empresa de la fábrica madrileña, en un artículo en Enfoques. Y claro, sin un proyecto real no se puede abrir ningún diálogo (recuerden que el conflicto laboral aún no ha terminado y dura ya más de tres años). Asenjo también ha señalado que a pesar de recuperar su centro de trabajo (hoy un centro logístico fallido) y anular los despidos, "tienen un mobbing colectivo, marginados del resto de la organización, sin apenas contenido de trabajo". Pero no parece que las cosas vayan a cambiar en Fuenlabrada, donde Coca-Cola ha invertido unos cinco millones, cuatro veces menos que en su nueva marca, Royal Bliss. Además, del crecimiento sostenible, les preocupa la salud y el medio ambiente, por lo que insiste en reducir el azúcar y calorías (le inquieta y mucho el impuesto a los refrescos que prepara el Gobierno) y en que el 100% del packaging sea reciclable o de menor tamaño. Cristina Martín cristina@hispanidad.com