Una visión certera y calidoscópica de la Francia ocupada No era fotógrafa, sino escritora, pero a través de la palabra de Irene Nemirovsky, una  ucraniana de origen judío afincada en Francia, contemplamos un retrato fidelísimo  de la ocupación nazi en el país galo, en el año 1940. El texto literario, que permaneció guardado por las hijas de la escritora durante décadas, se  publicó en el 2004, y se convirtió en un best seller, lo que sirvió para recordar la estupenda obra  de su autora, detenida y asesinada en Auschwitz en el año 1942. De hecho, este drama bélico  contradice la versión más idílica que siempre ha mostrado el cine sobre el heroísmo y la resistencia del pueblo galo tras la ocupación alemana. Porque, lo que aquí vemos es lo que ocurrió realmente en la mayoría de las poblaciones francesas, donde el colaboracionismo y las delaciones fueron moneda de cambio. Narrado por alguien que lo vivió en primera persona: Irene Nemirovsky, la autora de la novela inconclusa que ha sido trasladada el cine. Porque el largometraje Suite francesa traslada al cine las dos primeras partes (de las cinco que esbozó) Irene en su novela, en las que se describe la huida de París de cientos de ciudadanos que recalan en una pequeña población llamada Bussy. Con una gran agudeza calidoscópica se narra la vida cotidiana de un sinfín de personajes, que abarca a  todas las clases sociales, donde salen a la luz sus miserias y sus grandezas, haciendo una especial parada en la historia de amor que tiene una joven, cuyo marido está en el frente, con un oficial alemán al que envían a vivir a la mansión donde esta muchacha habita con su suegra La película Suite francesa tiene una plasmación visual clásica y elegante, pero resulta mucho más interesante en su primera hora cuando cuenta esa "intrahistoria" plagada de múltiples personajes que conforman esa sociedad que se ve transformada por la ocupación  mientras que el relato se desliza hacia lo convencional cuando dedica más tiempo a la historia de amor en tiempos de guerra, bien protagonizada por los actores  Michelle Williams y Matthias Schoenaerts. Sus personajes, dos amantes de la música, interpretan al piano, en varias ocasiones de la película, el tema central de la banda sonora que seguramente agradará a los melómanos. Para: Los que quieran ver una visión real, en  imágenes, de lo que fue la ocupación nazi. Los románticos, en general Juana Samanes