Superproducción francesa que intenta aproximarse a la figura del famoso oceanógrafo Jacques Cousteau, con sus virtudes y sus debilidades. Todo ello visto a través de la relación paterno-filial que mantuvo con su hijo menor, Philippe, un joven valiente, impulsivo y apasionado. La película se documenta en dos fuentes fiables: los libros publicados por Jean-Michel, otro vástago del comandante, y por su jefe de buceadores y amigo Albert Falco. Estos ofrecen la cara más oscura de Jacques: la de un hombre mujeriego, incapaz de ser fiel, a pesar de amar a su esposa y gran colaboradora Simone. No se  llega a  "hacer sangre" en  esta inmersión más desconocida de la vida privada  de Cousteau, que provocó no pocos desencuentros familiares, y, por esa razón, las escenas más impactantes de la película son hermosas imágenes subacuáticas donde queda constancia de los peligros que llevaba inherente la grabación de sus sensacionales documentales: como los instantes donde tuvieron que vérselas con tiburones. La película, que atrapa, también deja claro que fue un hombre que estuvo toda su vida reinventándose: de teniente de navío a aventurero, conquistador y divulgador de los mares y, finalmente, gran  defensor de la Naturaleza. Por cierto, en esa defensa cayó en el tópico "progre" de defender el control de la población mundial… Para: Los que de niños y jóvenes admiraron los programas divulgativos de  Cousteau Juana Samanes