El cine libanés, del que tan poco conocemos en España, nos ofrece a través de Ghadi un relato lleno de sensibilidad, pero muy divertido, sobre la defensa de los más débiles. En un pequeño pueblo de la costa libanesa, Leba es un profesor de música de grandes cualidades personales. Casado y con dos hijas preciosas, su vida transcurre feliz hasta que nace su hijo Ghadi, un niño con síndrome de Down. A éste, debido a los gritos que lanza por la ventana, los vecinos se empeñan en que lo ingresen en una institución. Leba, para no separarse de su pequeño, fabula y "orquesta" una mentira para engañar a sus crédulos colindantes puesto que les intenta convencer de que, en realidad, su hijo es el ángel en la tierra que protege al pueblo. Esta comedia costumbrista, llena de optimismo, sobre hasta dónde puede llegar el amor familiar, mezcla elementos humorísticos y dramáticos. A este respecto son preciosas las reflexiones con las que el veterano mentor musical de Leba le convence durante el embarazo de que su hijo (a pesar de su discapacidad) tiene tanto derecho a vivir como cualquiera. La película comienza con una descripción pormenorizada, y tronchante, de los extraños seres humanos que pueblan el escenario donde discurre la acción y los defectos que anidan en ellos: la codicia, la envidia, el egoísmo, el resentimiento etc…Frente a ello resulta muy bonito no sólo el cariño que la familia demuestra por Ghadi sino también el amor del matrimonio. No es extraño, por tanto, que esta comedia que apela por la tolerancia y la aceptación de los disminuidos psíquicos haya sido multipremiada. Estuvo nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa por Líbano. Para: Los que crean que un niño con problemas es un regalo de Dios Juana Samanes