El cateto de Bob Woodward, uno de los dos periodistas de Watergate (sigo preguntándome por qué aquella chuminá se convirtió en el hecho periodístico más importante de América) ha escrito un libelo contra Donald Trump, sin hablar con Donald Trump. Asegura que lo ha hecho con seis personas de su entorno, pero el que soltó la bestialidad más gorda niega haberla soltado.

El odio del Nuevo Orden Mundial (NOM) contra la figura que se interpuso en su camino, Donald Trump, lo ha convertido en el presidente más acosado de la historia. Y en ese caldo de cultivo, un tipo tan objetivo como Woodward le tilda de paranoico, incompetente, estúpido, niño de 10 años, idiota, descarriado y alguna otra lindeza más.

​Lo que está ocurriendo con el candidato a juez de Tribunal Supremo

Los serviles lameculos de Barack Obama se han convertido ahora en insultadores de Donald Trump. Solo que Trump puede ganar las siguientes elecciones. Alguien debe quererlo en alguna parte.

Pero la respuesta a este vitriólico fanatismo anti-Trump probablemente esté en el Senado. Porque este presidente ha nombrado a un provida y eso el Nuevo Orden Mundial (NOM) no está dispuesto a perdonárselo.  

Y así, cuando el aspirante a presidente del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, se le ha montado un vergonzoso sabotaje en el Senado, y se le ha llegado a exigir, contra todo derecho y sentido común, que si quiere acceder al puesto, debe renunciar a sentenciar contra el “derecho al aborto”. Esto de llamar derecho al asesinato de un ser indefenso es algo que provoca muchas arcadas.

En esas estamos. Al menos en Estados Unidos hay algunos que se enfrentan al Nuevo Orden Mundial, es decir, a la renacida, con otras formas, masonería internacional.

Así que, ¡Viva Trump!