El alabado solsticio de verano, fiesta central de los paganos, no era más que un grandísimo putiferio, con la correspondiente cosificación del cuerpo de la mujer. Podemos versificarlo y hablar de fiesta cultural… pero sólo era eso.

Por eso sorprende el entusiasmo con el que los medios progres se refieren a la Fiesta de San Juan Bautista. Oiga y es cierto que las antiguas tribus germanas, en Grecia y en Roma ya festejaban el solsticio, pero siempre con referencia a la fertilidad y al 'despendole'.

Así que convertir hoy al solsticio en la fiesta del proceso de Cristo, el más grande entre los nacidos de mujer, pues qué quieren que les diga.

Por el momento, no ha degenerado en bacanal abierta, aunque ya apunta maneras. Nos quedamos en la cursilería y en la superchería: si saltas las hogueras la noche del solsticio de verano, tendrás mucha suerte. Y no para la fecundación, que se sabe que eso no es fortuna sino desgracia.