Fueron los socialistas quienes arramblaron con la Fiesta de San José, que es día de precepto y, al tiempo, día laboral. Naturalmente, el PP no revocó la situación. Podían calificarle de beato. ¡qué horror!

Creo que a los católicos nos han hecho un gran favor. Así tendremos que participar en la Eucaristía y cumplir con nutras obligaciones laborales. Por mí, estupendo.

Pero San José es un santo que no puede resultar más actual. El ser humano más egregio que haya existido en la historia, sólo superado por Cristo y María, por su hijo adoptivo y por su esposa.

Digo actual porque el feminismo, impagable a la hora de esparcir majaderías por el mundo, ha pasado a criminalizar la masculinidad. Hoy en día, el cura es un pederasta y el varón un depredador, machista, violador… y mayormente estúpido.

Pues he aquí que el ejemplo más egregio de varón, el hombre más viril que haya existido, fue virgen y yo no rechazo una cosa vaya ligada a la otra.

El esposo de María era un tipo muy bueno obedeciendo

En el plano sexual, el varón engendra y la mujer gesta. Ambos participan a su manera en el poder creador de Dios pero, en esto como en todo, no puede haber algo más distinto a un hombre-varón que el hombre-mujer (sí la mujer también es hombre, al menos etimológicamente).

La principal virtud de la mujer es el acogimiento, directamente relacionado con la humildad. Precisamente, si hay algo que el feminismo repruebe es la humildad, la capacidad de servicio y de acogida. O sea, que el feminismo, como ya hemos dicho en Hispanidad en más de una ocasión, es una abjuración de la feminidad. O, como diría el Papa Francisco, es “un machismo con faldas”.

¿Cuál es la principal virtud de la masculinidad? La fortaleza. A lo mejor hasta necesito aclarar que la fortaleza no consiste en la fuerza bruta, sino en la serenidad interior ante la adversidad y, si me lo permiten, en una definición corta pero muy inteligible: fortaleza es no quejarse. El varón que frecuenta la queja, el hipocondríaco, el que pretende convertirse en el centro de atención… no es muy masculino.

La vida de José de Belén, descendiente del Rey David, es la de un hombre que actúa y calla, confía en su esposa, ni tan siquiera pregunta cuando le ordenan que huya a Egipto: ¿el Señor del universo huye ante un sátrapa menor como Herodes? Es igual, obedece y pone todas sus virtudes masculinas, supongo que también la de la capacidad de orientarse al servicio de la ‘autoridad superior’ y se marcha a un país extranjero, históricamente enemigo. Era muy bueno obedeciendo, y obedecía con inteligencia.

Y no se quejaba.

El varón virgen. También por eso el más viril que haya existido.