Átenme esa mosca por el rabo.

Curioso consenso europeo, entre socialistas, democristianos y liberales. Ideas contradictorias, opuestas, incasables que, sin embargo, no han roto las negociaciones para la asignación de cargos. Lógico: las ideas importan poco, pero los cargos…

¿Merkel es democristiana? Poco. ¿Macron es liberal? A veces. ¿Sánchez es socialista? Según depende. Conclusión: las ideas poco importan. Es más, no habido debate en Bruselas entre las corrientes ideológicas históricamente enfrentadas porque oponían modelos de vida bien distintos. Se puede casar lo incasable en la neodemocracia europea, por la sencilla razón de que a nadie le importan un pepino sus principios. Dicho de otra manera: las cosas no son buenas ni malas, sólo son.

Es la nueva democracia del pensamiento único y ligeramente chiflado: casar los contrarios, el agua y el aceite

Y sobre todo, son… pensamiento débil, aquel en el que sólo hay premisas y nunca conclusiones. Pensamiento débil, también conocido como pensamiento inútil.

Ahora bien, ese mismo ‘consenso ideológico acerca de la nada’ no ha sido capaz de ponerse de acuerdo a la hora de nombrar a los cargos públicos europeos pendientes desde la jornada electoral del 26 de mayo. Entre ellos, el de presidente de la Comisión Europea.

Porque las ideas importan poco pero las carreras mucho. Lo mismo ocurre en España, de ahí el Gobierno de cooperación

De lo que debemos deducir que los principios, las ideas y las ideologías no importan, lo que importan son los cargos… quod erat demonstrandum.

Y en España ocurre algo parecido. Pedro Sánchez y su asesor, Iván Redondo, son dos progresistas. Por definición, un progre es un señor que no tiene convicción alguna. De otra forma, no sería democrático. 
El progre cede en sus principios pero jamás en sus ambiciones, en su carrera profesional. Por eso Pedro Sánchez ofrece a Pablo Iglesias un Gobierno de cooperación que significa esto: cedo ante tus ideas (Podemos sí tiene convicciones aunque sean barbaridades) pero no en los cargos: ministerios no te doy ni uno.