Ambas chorradas, en la edición del diario El Mundo del domingo 5. La primera en la frente. Vicente del Bosque, el entrenador que llevó a España a ganar su primer Mundial suelta la siguiente perla: “España necesita que mucha gente que va a misa a diario tenga más generosidad y comprensión”. No diga usted chorradas, don Vicente. En primer lugar, no hay mucha gente en España que vaya a misa a diario: somos poquísimos. Somos minoría, lo que no permite sacar esa conclusión.

Y en cuanto a que no tengamos generosidad y comprensión… pues mire usted la poca que tendríamos si no fuéramos a misa a diario.

Además, esa presunta hipocresía es falsa. Le aseguro que una persona que se toma la molestia de perder 30 minutos cada día en algo que no le reporta ningún beneficio monetario suele resultar más generosa y comprensiva que el común de los mortales.

Y otra chorrada bosquiana y en la misma entrevista: “Hay entrenadores dogmáticos que creen saber la hostia y luego rascas y no hay nada”.

Pues mire usted, señor Del Bosque, estas palabras, publicadas en día de Corpus Christi, a algunos sí que nos molestan, porque la única hostia que reconocemos es la de la forma consagrada y que usted la utilice sólo significa que es un maleducado, muy poco comprensivo con los católicos.

Por lo demás, y vamos con lo de dogmático, personalmente sólo he conocido dos tipos de personas: “los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son”. Y ya puestos, señor del Bosque: ¿Qué puñetas tiene que ver el dogma con el fútbol”.

Añoro aquellos tiempos en que las estrellas del fútbol presumían de buenos futbolistas, no de buenos moralistas. Podían ser más vanidosos pero eran menos soberbios.

Otra entrevista, más bien crónica, sobre el central de la Selección española frente a Portugal, Aymeric Jean Louis Laporte. Un periodista, bien por él, le pregunta:

-¿Tú te sientes plenamente español para poder defender una nación, un escudo, una bandera, una selección y un himno? La estrella futbolística se mosquea: “Vaya pregunta, ¿no?”.

Pues a mí me parece la pregunta que había que hacerte, Jean Louis. ¡Bien por el colega!

Luego viene el rosario de prepotencias varias de la estrella balompédica: “Estoy aquí porque he querido”. Porque has querido y porque te han llamado, campeón.

Y más: “estoy aquí para competir al máximo nivel”. Hombre, sólo faltaba, campeonísimo, que no te esforzaras lo suficiente, al máximo nivel, para defender la camiseta de la Selección española.

Para entendernos, Aymerich: no eres tú quien le está haciendo un favor a España, es España quien te lo está haciendo a ti.

No se trata de que vayas a dar el máximo nivel, para eso te pagan. Se trata de que los aficionados españoles, por ser españoles, somos los que debemos examinarte a ti: tu fútbol y también tus razones para estar en la Selección.

Entre otras cosas porque algunos sospechamos que la razón de que estés aquí es que te enfrentaste al seleccionador francés, Didier Deschamps, quien te cerró el pase a la selección francesa.

Un poco más de discreción, campeón.