Es verdad que Santiago Abascal empezó el debate nervioso y que esto ayudó a que, al menos durante la primera hora y cuarto, el debate no sirviera para mucho.
Luego, Abascal se tranquilizó y se creció. ¿Qué quiero decir? Pues que marcó la diferencia entre cuatro partidos progres -dos de izquierda y dos de derechas- y uno, Vox, que no lo es.

¿Qué es el progresismo? Abajo los curas y arriba las faldas. Es decir, negación de cualquier principio, de cualquier verdad, de cualquier valor, y una liberación sexual, más bien pornografía y, eso sí, abortista y antivida.

El único partido al que puede votar un católico el próximo domingo es a Vox. No por sus líderes sino por su ideario

El progresismo es relativismo (nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira) y, al tiempo, una liberación del cuerpo que consiste en exhibir el cuerpo.

Me he dado cuenta del papel de Vox en cuanto Sánchez, mediado el debate, se puso nervioso y empezó a remachar eso de la ultraderecha y en cuanto, un día después, los separatistas vascos (Aitor Esteban) y catalán (Gabriel Rufián) se han ensañado con Abascal calificándole de fascista, que no es una catalogación ideológica, sino un insulto.
Y entonces es cuando Vox se llena de sentido, no ya en el ámbito moral, que debería ser su fuerte, sino, además, en el ámbito político. Porque, en efecto, España afronta una traición nacionalista en toda regla, no contra Madrid, sino contra las raíces católicas de España. Los separatistas vascos y catalanes sencillamente se han convertido en termitas.
Y si hablamos de valores, y aunque Abascal estuvo flojo, lo cierto, en este punto, hay que volver a repetirlo: si un católico quiere votar en coherencia y en conciencia, sólo puede votar a Vox, porque es el único que defiende la vida, la familia, la libertad de enseñanza y el bien común.


La prueba: cuando Pedro Sánchez habló del Derecho a la eutanasia (tiene bemoles que el homicidio sea un derecho humano) ni el PP se le puso enfrente.
En resumen, el único partido al que puede votar un católico el próximo domingo es a Vox. No por sus líderes sino por su ideario.