Sorprendido estoy del ansia con la que el Gobierno, los partidos progres de derecha (PP), los medios progres y los medios despistados (éstos últimos son legión), promocionan la vacuna británica AStraZeneca. Es la que más pegas médicas apunta, realizada por el laboratorio más mentiroso -que ha engañado a la Comisión Europea- y la que no se puede aplicar indiscriminadamente.

Casualmente, es el laboratorio y la universidad que utilizaron líneas celulares de fetos abortados y, aunque el Vaticano haya permitido su uso como mal menor, percibo una obsesión por convertir la vacuna de Oxford en un trágala, con ese ansia por pervertir a la sociedad española, que constituye una de las obsesiones del globalismo imperante.

Las vacunas norteamericanas de Pfizzer y Moderna no dejan de recibir críticas pero las de Astra son una maravilla.

Se hace necesario reclamar la libertad para vacunarse o no hacerlo… unida a la libertad para elegir vacuna.