A lo mejor nombran a Felipe González jefe de a la leal oposición. Foro Expansión: el expresidente del Gobierno suelta maravillas como la de que no entiende lo de los seis meses decretados por el Gobierno, ni tampoco que un estado de alarma se pueda “delegar” en las comunidades autónomas.

Es más, asegura que menos meter miedo y que más aprender a vivir con el coronavirus y sin reducir la libertad de las personas y, al fondo, una leve sospecha muy general entre todos aquellos que utilizan la cabeza para algo más que para llevar la boina: usted puede ponernos bozal, cercenar las relaciones humanos, no ver, no tocar a nadie y andar escondido por la calle… que todo eso le arruinará la vida pero no evitará el virus: no nos enfrentamos a un elefante sino a una cosa muy pequeñita y muy puñetera. Y hasta podemos aislarnos todos en una burbuja de plástico, que ni aún así lograremos evitar al virus. Quizás porque al virus no hay que evitarlo, hay que eliminarlo.

Es más todas las medidas adoptadas en Europa, la vieja Europa cobarde, se reducen a amargarnos la vida y destruir la economía, medidas consistentes, en suma, en escondernos, se han revelado un auténtico fracaso. El virus sigue creciendo.

Y la segunda bofetada de don Felipe a su correligionario don Pedro son los presupuestos. Dice González que están desfasados y que son los presupuestos de Podemos, Y tiene razón, porque lo peor de los Presupuestos de ‘La Pepa’, del binomio Pedro y Pablo, del dúo Picapiedra, no es que suban los impuestos -al contrario de toda Europa- sino que no invierten pero gastan, un auténtico derroche de gasto. Cuando lo que España necesita es reindustrializarse, ellos, ‘La  Pepa’ de Pedro y Pablo, nos sale con un dispendio feroz y cargando las cintas sobre los elementos más productivos de la sociedad.

A lo mejor es que Felipe González es un fascista disfrazado de socialista.  

El expresidente socialista va mucho más allá en sus críticas a Pedro Sánchez que, por ejemplo, Pablo Casado.