Supongo que conocen el viejo chiste del hombre que, a las tantas de la madrugada, llama a la policía para pedirles un coche patrulla porque unos ladrones están robando en su garaje. La policía le responde que en ese momento y en esa zona no tienen ningún coche disponible. El hombre espera un minuto y vuelve a llamar:

-Soy el que he llamado antes porque tenía unos ladrones en el garaje. Ya no tienen que preocuparse: les he disparado.

A los dos minutos aparecen seis coches patrulla y detienen a los ladrones ‘in fraganti’. El jefe de la dotación le pegunta la propietario de la casa:

-Pensé que nos había dicho que les había disparado.

A lo que la víctima responde:

-Y yo pensé que ustedes me habían dicho que no tenían ningún coche disponible.

Me encanta escuchar al vicepresidente Pablo Iglesias, protegido por una legión de gorilas, denunciar que hay demasiado alarmismo con okupas, menas y otros delincuentes

Me acuerdo del chiste cuando escucho, no una sino varias veces y con distintas variantes, al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, hablar del excesivo alarmismo social -sin duda obra de la derecha fascista- sobre las nuevas normas de delincuencia sobre las que los neocomunista de Podemos han montado su carrera política: okupas, menas (son niños, no criminales), vagos y maleantes, etc.

Desde el 15-M se ha gestado una siniestra tendencia en España que podemos describir así: enaltecer al verdugo y despreciar a la víctima. Está última, como decían los etarras en los años de plomo de ETA, “algo habrá hecho”.

Y así, me emociono mucho cuando escucho al vicepresidente Pablo Iglesias, protegido por una legión de gorilas denunciar que hay demasiado alarmismo con okupas, menas y otros delincuentes.

Habrá que insistir: la primera y principal tarea del Estado es la seguridad del individuo. Si lo prefieren, defender al abusado del abusón

Habrá que insistir: la primera y principal tarea del Estado es la seguridad del individuo. Si lo prefieren, defender al abusado del abusón.

Porque de otra forma, querido amigo ocurre que el ciudadano, al sentirse abandonado por su Gobierno (lo de Estado es más riguroso pero aquí estamos hablando del Gobierno), decide protegerse él solito, Es cuando la víctima se sitúa al margen de la ley al tomarse la justicia por su mano… porque no le dejan otra opción.

Podemos es un buen ejemplo de que los antisistema no quieren acabar con el sistema, lo que quieren es controlar el sistema.

Y esto es, justamente, lo que ahora mismo está ocurriendo en España: que se enaltece al verdugo y se desprecia a la víctima. No me extraña: las víctimas suelen ser fascistas.

Los antisistema no quieren acabar con el sistema, lo que quieren es controlar el sistema

Pta: no caigamos en la trampa de criticar a Pablo Iglesias, al menos no sólo a él. Iglesias ha llegado donde ha llegado porque Pedro Sánchez, responsable primero y último, le ha nombrado vicepresidente del Gobierno. El peligro no está en Pablo, está  en Pedro.