Lo que en Hispanidad hemos llamado eco-panteísmo (en España la papisa de la nueva religión es la vicepresidenta Teresa Riberalo resume este artículo.

La formulación natural de tan durísima religión producto, precisamente del ateísmo panteísta, nota distintiva del siglo XXI, se puede resumir así: para salvar al planeta prohibido tener hijos.

Porque recuerden: el hombre es el malo, el depredador -particularmente el varón- mientras liendres y piojos son criaturitas a las que hay que salvar del depredador.

Panteísmo en estado puro disfrazado ahora de ecologismo.

No sólo no te reproduzcas. Además, debes dejar de comer -por ejemplo, carne que es riquísima- pero luego todo lo demás. Nada de dormir sobre un colchón, vuelve a la cueva, nada de viajar, prohibido moverse. Y tampoco se te ocurra suicidarte, que todos los sistemas de suicidio contaminan demasiado.

Y lo más gracioso, quizás lógico, es que son los progresistas quienes defienden esta imbecilidad histórica.