Dos fueron las claves del primer trimestre para el fabricante chino de dispositivos fundado y dirigido por Lei Jun: por un lado, la caída del 11,1% de las ventas de teléfonos móviles, que no superaron los 6.446 millones de euros y, por otro, el aumento del 26,2% de los costes de marketing y ventas. En total, los costes, aunque cayeron un 3,3%, se situaron en los 8.542 millones de euros.

Lo más positivo, en cualquier caso, fue el aumento del 6,8% de las ventas de dispositivos electrónicos que no son móviles, que alcanzaron los 2.743 millones de euros. La facturación de los servicios que presta la compañía en internet, como la publicidad -sigue siendo un negocio menor dentro del grupo-, también aumentó (+8,2%) hasta los 1.000 millones de euros.

Al final, los tres primeros meses del año se saldaron con 82,8 millones de euros de pérdidas. Xiaomi tiene tarea por delante.