Ursula von der Leyen ha despertado, tras casi cinco meses desde la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra. Y es que ha afirmado que “Rusia está utilizando el gas como arma”... y ha pedido a los Estados miembros que reduzcan su uso un 15% entre el próximo 1 de agosto y el 31 de marzo del año que viene.

Por ahora, dicha reducción es algo voluntario: eso sí, la presidenta de la Comisión Europea tendrá un nuevo poder para declarar una ‘Alerta de la Unión’ sobre seguridad de suministro, que le permitirá imponer una reducción obligatoria de la demanda de gas en todos los Estados miembros. El Ejecutivo comunitario ha destacado que antes de las reducciones, deberían agotar todas las posibilidades de sustitución de combustibles, planes de ahorro no obligatorios y fuentes de energía alternativas. Asimismo, considera que siempre que sea posible, se debe dar prioridad al cambio a energías renovables u opciones más limpias, menos contaminantes o con menos emisiones de carbono. Sin embargo, también recoge que “el cambio a carbón, petróleo o nuclear puede ser necesario como medida temporal, siempre que evite el bloqueo de carbono a largo plazo”.

Bruselas también insta a los Estados miembros a lanzar campañas de concienciación pública para promover la reducción de la calefacción y la refrigeración a gran escala, pues lo considera otro pilar importante del ahorro energético. Ya saben, quiere que no sólo los edificios públicos tengan calefacción a 19 grados y aire acondicionado a 25, sino también todos y cada uno de los ciudadanos europeos. ¡Prepárense para un invierno más frío... y unos cuantos catarrazos!

El almacenamiento de gas en la UE está ya al 64%, un nivel inferior al de España (sus almacenamientos subterráneos están ya al 73,25% y tiene un almacenamiento de GNL del 84% en las regasificadoras) y también por debajo del 80% que debe haber antes del próximo 1 de noviembre

Von der Leyen ha presentado el plan ‘Ahorre gas para un invierno seguro’ junto a Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea a cargo del Pacto Verde Europeo y comisario de Política de Acción Climática; Kadri Simson, comisaria europea de Energía; y por vía telemática, Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior. En este escenario, ha destacado que el almacenamiento de gas está ya al 64%, un nivel inferior al de España (cuyos almacenamientos subterráneos están ya al 73,25% y cuenta con un almacenamiento de gas natural licuado -GNL- del 84% en las regasificadoras) y también por debajo del 80% que debe tener antes del próximo 1 de noviembre. Asimismo, ha referido que han aumentado un 75% el suministro de otras fuentes y que en el primer semestre, en la UE las importaciones de GNL, que cuesta más del doble que el gas natural que llega por gasoducto, fuera de Rusia ha aumentado en 21.000 millones de metros cúbicos (21 bcm) respecto al mismo periodo de 2021; y también han crecido las importaciones de oleoductos -que transportan petróleo y sus derivados- no rusos en 14 bcm desde Noruega, Azerbaiyán -que también mandará más GNL-, Reino Unido y el norte de África. 

Desde Bruselas se teme que Rusia no reanude el suministro del gasoducto Nord Stream 1 el próximo jueves 21, en parada técnica por las labores de mantenimiento acometidas desde el pasado día 11. Lo cierto es que no hay noticias que inviten al optimismo, a pesar de que Vladimir Putin ha asegurado que “Gazprom siempre ha cumplido y seguirá cumpliendo todas sus obligaciones”. Y de hecho, la gasista rusa ha referido que no tienen constancia de la entrega de la turbina que el gigante industrial alemán Siemens mandó a Canadá para su reparación y que las autoridades canadienses precisaron que entregarían a operarios alemanes y no directamente a Rusia. Von der Leyen ha respondido que “no hay excusa” para que no retome el suministro de gas por Nord Stream 1 porque la turbina que mandó reparar a Canadá está de vuelta y, en todo caso, “no es la única en el mundo” y debe tener alternativas. Por cierto, Putin ha llegado a proponer la puesta en marcha de Nord Stream 2, el nuevo gasoducto cuya certificación se suspendió un par de días antes de la invasión rusa de Ucrania. Eso sí, Rusia no suministraría 55 bcm anuales, sino la mitad, porque el resto lo destinaría a consumo y uso doméstico.

Y por cierto, el plan de Bruselas ya ha tenido respuesta desde España de boca de la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, que se ha mostrado contraria a los cortes: “Pase lo que pase, las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni de luz en sus casas. España va a defender la posición de la industria española”. Eso sí, ha querido mostrar solidaridad: “Queremos ayudar de forma solidaria, poniendo a disposición todas nuestras infraestructuras, toda nuestra capacidad de apoyo. Queremos ayudar defendiendo el respeto que nos merecemos también los españoles y la industria española”. Claro que también ha tenido tiempo para algunos reproches: “Defendemos los valores europeos, pero no nos pueden exigir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa” y ha añadido que “a diferencia de otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético”.