Los famosos test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han sido bien recibidos por la banca española analizada. A saber: Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter. Quedó fuera Caixabank por estar en proceso de fusión. Y la verdad es que las notas no han sido muy buenas, aunque las entidades hayan maquillado la situación. La media europea está en el 10,2% y se da la circunstancia de que sólo una entidad, la más pequeña, Bankinter superaba esa media, con un 11,2. A partir de ahí, la calificación, siempre por debajo de la media, venía marcada por Santander (9,3), BBVA (8,7) y en último lugar Sabadell (6,5).

Otra cosa es que el análisis de la EBA sirva para mucho. No son pocas las entidades que sugieren modificar los criterios de solvencia bancaria por algo más que el tamaño y la capitalización

En efecto, no es para tirar cohetes. Ahora bien, se trata de un parámetro en movimiento y, sobre todo, mide la solvencia bancaria exclusivamente por sus recursos propios. Eso sí, es difícil luchar contra un muro que se ha instalado en todo occidente: un banco bueno es aquel que tiene mucho capital. Y si un banco entra en crisis lo que hay que hacer es poner más capital.

Conste que históricamente el coeficiente de recursos propios se consideró una cuestión menor. Para la teoría clásica un banco bueno no era aquel que tenía mucho capital, sino poca morosidad. Y la teoría clásica estaba mucho más acertada que el 'fully loaded' de las actuales entidades supervisoras, que puede resumirse así: lo grande es bueno y lo pequeño es malo. ¿Por qué? Porque sí.