El aumento de la deuda pública es una huida hacia delante que en algún momento tendrá que parar. Cuando más tarde lo haga, peor
Ayer recogía Hispanidad que la agencia Fitch rebajó la calificación de la deuda de EEUU, retirándole la máxima triple AAA —es decir, que tendrá que pagar más por colocar su deuda pública—, lo que provocó caídas en las bolsas europeas. Y cuando se escriben estas líneas, el Ibex se dejaba un 0,27%.
Además, el pasado jueves 27 de julio el BCE subía los tipos 25 puntos básicos, hasta el 4,25%, después de que la FED de Estados Unidos los subiese también 25 puntos básicos, hasta entre el 5,25% y el 5,50%, su nivel más alto desde enero de 2001.
En ese contexto, hoy se ha celebrado una nueva subasta del Tesoro español y había cierta expectación por saber cómo han afectado estas noticias a la deuda española.
Pues bien: el Tesoro Público ha colocado este jueves 6.258,19 millones de euros en una subasta de deuda a medio y largo plazo, con una demanda que ha ascendido a 10.251,4 millones de euros.
En concreto, ha adjudicado obligaciones del Estado con una vida residual de 3 años y 9 meses, mientras que el interés marginal se ha situado en el 3,251%.
En las obligaciones del Estado indexadas a la inflación con una vida residual de 4 años y 4 meses, ha captado 535,19 millones, con una rentabilidad del 0,879%, más baja respecto al 1,111% anterior.
En las obligaciones del Estado con una vida residual de 6 años y 3 meses, ha vendido 1.553,12 millones, con un interés marginal del 3,295%.
Por último, el Tesoro ha colocado 2.252,48 millones de euros en obligaciones del Estado a 10 años, con un interés marginal del 3,613%, que ha sido superior al 3,562% de la anterior subasta.
Mientras que la prima de riesgo alcanzaba los 108 puntos, su nivel más alto desde el 25 de mayo pasado, cuando se situó en los 109 puntos.