La idea de la SEPI era clara: forzar a los árabes de STC a reducir su participación en Telefóncia hasta el 5%. Sí, digo reducir porque lo cierto es que a través de Morgan Stanley, de hecho, los árabes ya superan el 10%.

En cualquier caso, el sátrapa árabe, Bin Salmán, se niega: exige el 10% y exige un puesto en el Consjeo. La CNMV le ha recordado que aunque tuviera el 99%, mientras siga en vigor la actual normativa sobre empresas estratégicas no podrán tener ningún representante en el Consejo si no lo aprueba el Gobierno.

Caixabank-Criteria supera el 6% mientras el BBVA no alcanza el 5%. Ambos están obligados a quedarse

En cualquier caso, si se permite a los árabes el 10%, la SEPI se vería obligada a invertir 1.100 millones más, lo que consideran un gasto innecesario.

En principio, Criteria-Caixabank (algo más del 6%) y BBVA (algo menos del cinco), se quedan donde están.

No lo tiene fácil Moncloa. Recuerden que Telefónica será el programa piloto para el sueño de Sánchez de disponer de un grupo empresarial privado pero donde el Gobierno pueda establecer un papel, si no de mandamás, sí de vigilante celoso y potencialmente peligroso. O sea, repetir un segundo Caixabank ... y podría haber un tercero y un cuarto.

Pero, ¿el Gobierno sabe gestionar? No, pero sabe mandar.