El MWC de Barcelona 2025 comenzó este lunes con el discurso de bienvenida del nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra. El mensaje, no obstante, fue el mismo en el que insistió durante años José María Álvarez-Pallete: Europa tiene que ponerse las pilas cuanto antes si no quiere ser totalmente irrelevante en el plano tecnológico o, lo que será aún peor, ser colonizada por los gigantes de EEUU y China.
“Es hora de que se permita a las grandes empresas de telecomunicaciones consolidarse y crecer para crear capacidad tecnológica”, afirmó Murtra. “Debemos ser conscientes de que la excesiva fragmentación de las telecos europeas, el exceso de regulación y la insuficiente rentabilidad del sector han lastrado a Europa, que se ha quedado rezagada tecnológicamente”, señaló.
El diagnóstico no puede ser más atinado. Ahora bien, el freno de las fusiones surge, no sólo de la excesiva regulación, principalmente de Competencia, sino del hecho de que el principal accionista de las telecos de referencia europeas -Telefónica, Deutsche Telekom, Orange, Telecom Italia- son los gobiernos -perdón, los Estados-. Los mismos gobiernos incapaces de ponerse de acuerdo en temas tan importantes como la inmigración ilegal, la unión bancaria o la guerra de Ucrania.
Es cierto que las telecomunicaciones es un sector estratégico, nadie lo duda, pero también lo es que los gobiernos no necesitan ser accionistas. Les basta con el BOE para impedir, por ejemplo, la toma de control de la compañía por otra empresa extranjera.
Comienza el Mobile 2025 -2.700 expositores y más de 100.000 visitantes previstos-, centrado en la mal llamada inteligencia artificial generativa -si es artificial no es inteligencia y mucho menos generativa, y si es inteligencia no puede ser artificial- aplicada a dispositivos, esto es, al día a día de los consumidores. Ya nadie se acuerda del metaverso.