Ser mayor de 55 años y llevar más de 15 en Telefónica será un deporte de alto riesgo a partir de 2022. Y es que la compañía ha firmado este martes con los sindicatos el Pacto Social por el Empleo que incluye el Plan de Suspensión Individual (PSI), que supondrá -y esto es lo importante- la salida voluntaria de hasta 3.000 empleados que cumplan esas condiciones, durante el primer trimestre de 2022. La compañía prefiere a los millennials, esto es, a los nacidos entre 1982 y 1994.

Aunque el máximo son 3.000 bajas, la teleco estima que se adhieran al plan unos 2.700 trabajadores, el 15% de la plantilla en España, lo que supondría un coste de unos 1.500 millones de euros, que se contabilizarán en el cuarto trimestre del presente ejercicio. Telefónica estima que el ahorro rondará los 230 millones anuales.

Desde que fue nombrado presidente (abril de 2016), José María Álvarez-Pallete, ha llevado a cabo una profunda transformación de la compañía, incluidos ajustes de plantilla y una fuerte reducción de deuda. Así, Telefónica ha ganado en competitividad, pero también se ha convertido en un objeto de deseo para los fondos.

De esta manera, el nuevo ajuste vuelve a poner a Telefónica en el mercado frente a Deutsche Telekom, como ya sucediera tras la Opa de KKR sobre Telecom Italia. La operadora española vale algo más de 22.700 millones de euros en bolsa, frente a los 82.000 millones de la alemana. El gigante teutón, sin embargo, tiene deberes pendientes como, por ejemplo, reducir los casi 130.000 millones de deuda o ajustar la plantilla en Alemania, donde trabajan unos 98.000 empleados. Eso sí, buena parte de ellos son considerados funcionario al estar un tercio de la compañía en manos del Estado.

En definitiva, Pallete está dejando tan ‘limpia’ la compañía que corre el riesgo de que alguien se fije en ella.