¿De dónde saca para tanto como destaca? En cuanto Bruselas apruebe la operación Orange-MásMóvil, Digi se convertirá, después de quince años, en el cuarto operador del mercado español, uno de los más competitivos del planeta. Y si, como prevén muchos en el sector, las autoridades europeas imponen condiciones a la citada fusión, Digi podría dar un salto decisivo en nuestro país.

El propietario del grupo es el húngaro residente en Rumanía, Zoltán Teszári (nacido el 14 de septiembre de 1970), que en 1994 fundó Romanian Cable Systems (RCS) y, tres años después, en 1997, creó Romanian Data Systems (RDS) con la idea de convertirse en proveedor de servicios de televisión por cable e internet, por ese orden.

Poco o nada se sabe de la vida de Zoltán Teszári, actualmente uno de los hombres más ricos de Rumanía, con un patrimonio que podría rondar los 800 millones de euros

Para lograrlo utilizó una estrategia muy original: comprar pequeñas empresas del sector en Rumanía, hasta que en 2005 fusionó las dos firmas y creó la actual RCS&RDS. Tres años después, en 2008, se hizo con el control de la española Best Spain Telecom, fundada en 2007 por José Manuel Arnaiz, para dar servicio de telefonía a los miles de rumanos que vivían en España. Ese mismo año, la empresa adquirió el nombre actual Digi España.

Poco o nada se sabe de la vida de Zoltán Teszári, actualmente uno de los hombres más ricos de Rumanía, con un patrimonio que podría rondar los 800 millones de euros. Al parecer, comenzó su vida profesional vendiendo helados, mientras se preparaba para competir como judoca en unas olimpiadas.

No sabemos si finalmente participó en los JJOO y con qué resultado, pero sí sabemos que reside en las afueras de Oradea, ciudad al noroeste de Bucarest, muy cerca de la frontera con Hungría. De ahí le viene el sobrenombre de ‘Fantasma de Transilvania’, aunque el más utilizado es ‘el millonario sin rostro’. Y es que su última aparición en público data de 2002, durante la entrega del premio al Emprendedor del año, organizada por una revista.

Ahora bien, tanto crecimiento, aunque sea a base de acuerdos y joint-ventures, como en Bélgica, requiere financiación y en noviembre de 2021 el grupo tuvo que vender su filial en Hungría

Sea como fuere, Teszári figura como el creador y dueño de RCS&RDS, dueña a su vez de Digi Communications, que opera en Rumanía, Eslovenia, Serbia, Eslovaquia, República Checa, Croacia, Italia y España, y más recientemente en Portugal y Bélgica, aunque en cada uno de ellos de una manera particular y ofreciendo sólo determinados servicios, salvo en su país de origen, donde sigue dedicándose a su negocio original, televisión por cable.

Ahora bien, tanto crecimiento, aunque sea a base de acuerdos y joint-ventures, como en Bélgica, requiere financiación y en noviembre de 2021 el grupo tuvo que vender su filial en Hungría. Lo hizo por unos 625 millones de euros, imprescindibles para rebajar un 9% su deuda, que en diciembre de 2022 ascendía a 1.268 millones de euros. Los ingresos del grupo ese año fueron de 1.517 millones y el ebtida, de 506 millones, frente a los 523 de 2021.

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En España, bajo la dirección de Marius Varzaru, el operador continúa aumentando el número de clientes y en abril superó el millón en fibra y logró su mejor mes de abril en portabilidades, con más de 67.700 líneas netas de móvil y fija, según datos difundidos este miércoles por la compañía. Eso sí, todo esto gracias las ofertas ultra-low cost (con fibra a mitad de precio que las low cost) imposibles de sostener en el medio y largo plazo. Y es que el ARPU de Digi, el ingreso medio por cliente, se situó en 9,6 euros al cierre de 2022, por debajo incluso de los 9,7 euros de 2021, un rango muy bajo que contrasta enormemente con los 50-70 euros de las grandes telecos.

La relación de Digi con los reguladores es como las fincas de Extremadura... empezando por el hecho de que no cuenta con un interlocutor fijo para ellos

Por eso, ¿de dónde saca para tanto como destaca? Porque, además, en el sector todos dan por hecho que será uno de los operadores que puje con más interés por los activos que Orange-MásMóvil tengan que poner en circulación por orden de Bruselas. Y sí, Digi acaba de captar financiación por 382 millones, pero no todo irá destinado a crecimiento, ya que parte se utilizará para refinanciar deuda, es decir, para elevarla a cambio de aplazarla en el tiempo, y eso en plena subida de tipos de interés, que la encarece.

Se ha llegado a decir de todo acerca del misterioso Teszári, incluso que está financiado por Rusia. Lo cierto es que la relación de Digi con los reguladores es como las fincas de Extremadura: manifiestamente mejorable. Empezando por el hecho de que esos reguladores se las ven y se las desean para contactar con la operadora, que carece de un interlocutor fijo para ellos.

Y discrepancias también con sus propios auditores que provocaron, por ejemplo, el aplazamiento, hasta en tres ocasiones, de las cuentas anuales de 2021. Todo hace indicar que la operación Digi está ideada para, llegado el momento, dar el pelotazo vendiéndola al mejor postor. ¿Les suena?