En verano de 2019, Microsoft se asoció con OpenAI para desarrollar servicios de inteligencia artificial en Azure, la nube de Microsoft. Ahora ambas compañías han ampliado esa colaboración para “avanzar de manera responsable en la investigación de IA de vanguardia y democratizar la IA como una nueva plataforma tecnológica”, afirmó el presidente ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella. La idea de Microsoft es poner a disposición de desarrolladores y organizaciones de todos los sectores la mejor infraestructura de IA con Azure para crear y ejecutar sus aplicaciones.

Aunque oficialmente no ha trascendido la inversión de Microsoft en OpenAI, la creadora de ChatGPT, -el acuerdo habla de miles de millones de dólares durante unos años- el New York Times asegura que podría alcanzar los 10.000 millones de dólares.

Sea como fuere, no es ni mucho menos casual que el anuncio lo haga apenas una semana después de pregonar el despido de unos 10.000 empleados, el 5% de la plantilla. Echo a 10.000 trabajadores y acto seguido invierto 10.000 millones de dólares para asociarme con la empresa propietaria de ChatGPT, el chatbot que permite mantener un diálogo como si fuera una persona. Curioso.

De momento, ninguna de las dos partes habla de transhumanismo, una ideología peligrosa y una de las actuales obsesiones de Bill Gates, pero no cabe duda de que la asociación con OpenAI tendrá su implicación transhumanista, es decir, se aplicará para retrasar la muerte del hombre aunque sea en forma de monstruo.

Eso sí, de momento lo único que es seguro en Microsoft es que 10.000 empleados se irán a la calle.