El sector gasista se reivindica aún más tras el apagón eléctrico masivo del pasado 28 de abril, que ha disparado la generación de los ciclos combinados de gas un 78% hasta el pasado 1 de julio, en gran parte, por la operación reforzada en el sistema eléctrico y que, previsiblemente, se moverá al alza durante el invierno. Por ello, pide una mejor retribución para no perder 2.405 millones de euros más en ingresos.

Desde la Asociación Española del Gas (Sedigas), su presidente, Joan Batalla, ha señalado que, según un análisis de PwC, el marco retributivo 2021-2026 ha menguado sus ingresos en 2.495 millones de euros, lo que supone una reducción del 15,9% respecto al marco 2015-2020. En concreto, una merma de 1.320 millones en la actividad de distribución y de 1.175 millones en el transporte y la regasificación. Todo esto se debe, en parte, a: la compleja coyuntura geopolítica de estos años, los mayores costes operativos (mano de obra, compra de equipos y materiales, suministros, arrendamientos, tasas,...), el alza de la deuda (en más de 300 puntos básicos), la inflación acumulada -el IPC ha subido el 21% y el Índice de Precios Industriales (IPRI) se ha disparado un 41%- y la caída en los peajes.

El tema de los peajes supone una anomalía de España respecto al resto de países europeos, donde han subido, por lo que pone en peligro la continuidad de suministro en nuestro país, donde los peajes para los consumidores industriales se han desplomado un 70%, de media, y para los consumidores domésticos han bajado un 42%. Y es que si en 2021, los peajes industriales aquí eran un 39% superiores a los de la media de la Unión Europea, en 2024 han sido un 70% inferiores; y en el caso de los hogares, la diferencia ha pasado de ser un 80% mayores que los de la UE a un 17% menores. Por ello, Sedigas reclama que la CNMC revise la metodología del próximo marco retributivo en el que trabaja y que los peajes contemplen parte del coste real de operar en el sector del gas.

Batalla ha considerado que el sector gasista tiene “un presente muy relevante y un futuro aún más significativo”. De hecho, la demanda de gas seguirá creciendo... y lo hará más de lo estimado en el PNIEC, que recoge 272 teravatios-hora (TWh), según ha destacado Óscar Barrero, socio responsable de Energía en PwC. Por tanto, debe haber una rentabilidad razonable para cada actividad (distribución, transporte y regasificación), y es necesario incorporar elementos de flexibilidad, así como dar “señales económicas adecuadas para que las redes gasistas actúen como catalizadoras de la transición en la que estamos inmersos, a través de la integración de gases renovables (entre ellos, el biometanoo), la digitalización del sistema y la mejora continua de su eficiencia y resiliencia. Solo así será posible aprovechar plenamente el valor estratégico de unas infraestructuras que ya hoy son fundamentales para la seguridad de suministro, y que están llamadas a seguir siéndolo en un sistema energético cada vez más complejo, interconectado, descarbonizado y competitivo”, ha subrayado Batalla. Además, Barrero ha añadido que “las puntas de demanda no bajan, sino que cada vez son mayores, y habrá más estacionalidad y más efectos adversos que provocarán shocks de demanda, por lo que el sistema exige una mayor flexibilidad”. 

Por ahora, la CNMC ha planteado una tasa de retribución financiera para las actividades gasistas del 6,46%, igual que para el sector eléctrico, a pesar de que la red gasista vehicula 325 teravatios-hora (TWh), frente a los 247 TWh que suministra la red eléctrica. La tasa propuesta es superior a la del 5,44% actual que tienen el transporte y la regasificación o el 5,83% de la regasificación, pero es insuficiente para Sedigas, que considera que debe “dar una rentabilidad razonable a esas actividades reguladas, y buscando un equilibrio con los peajes. Hay margen para ello, el sector gasista es clave y en esta línea se está trabajando”, ha apuntado Batalla, aludiendo al “diálogo permanente” con el regulador.