El nombramiento de Christiana Riley, que ya estaba en USA, como CEO de Santander Estados Unidos, en sustitución de Tim Wennes, así como la nueva reorganización en Hispanoamérica, no ayuda a prestigiar el 'doble' sistema dual de Ana Botín.
México y Estados Unidos constituyen los dos grandes objetivos actuales del Santander, así que el cambio en el organigrama ha sorprendido a más de uno. Sobre todo, porque semeja una ligera marcha atrás sobre el modelo de la doble dualidad, en el que tanto empeño ha puesto la presidenta del Santander.
Y es que el modelo corporativo de gestión corporativa de Ana Botín ha superado la dualidad de la Guardia civil, recuerden. El instituto armado depende de dos ministerios, Defensa e Interior. Es decir, que no depende de ninguno.
Eso sí, Ana Botín ha viajado a Reino Unido para dejar claro que el Santander no va a ceder al Barclays su negocio en la isla
La presidente del Santander estableció no una, sino dos dualidades. Dualidad primera: la doble dependencia, del jefe del país y del jefe del área temática. Dualidad segunda: presencial y digital. El primero no crece, lo que crece es el Open Bank y la banca al por mayor. Nada que ver con su negocio tradicional.
Al mismo tiemp, existe un Santander presencial, el de siempre, y un Santander emergente, no sólo representado por Openbank sino tambien por la banca digital de la propia matriz. Ahora bien, resulta difícil organizar un sistema con mando único para ambos tipos de banca. El relanzamiento del Santander en Estados Unidos México, así lo demuestra.
No es bueno que Botín haga los nombramientos de Héctor Grisi. De esta forma, el CEO nunca tiene su propio equipo, aunque se le exige rendir cuentas como si lo tuviera
En otro orden de cosas, Ana Botín ha viajado a Reino Unido para dejar claro que el Santander no va a ceder al Barclays su negocio en la isla, quiera o no el Gobierno británico.
En cualquier caso, hay una añadido problemático. Ana Botín asegura que ella no es presidente ejecutivo. Ahora bien, no es bueno que Ana Botín haga los nombramientos que corresponderían al primer ejecutivo, Héctor Grisi. De esta forma, el CEO nunca tiene su propio equipo, aunque se le exige rendir cuentas como si lo tuviera.