Parece una paradoja, pero la inflación está beneficiando la recaudación de dinero público por parte del Estado mientras esquilma la hucha de las familias. Lo que está siendo un drama para muchos hogares españoles se ha convertido, sin embargo, en un chollo para el Gobierno de Pedro Sánchez.

Los números: la riqueza financiera de las familias se redujo un 1% en el segundo trimestre del año, hasta los 1,89 billones de euros, según las cuentas financieras de la economía española publicadas este lunes por el Banco de España, aunque aumentó levemente (0,3%) en términos interanuales. La misma inflación, sin embargo, permitirá al Estado recaudar 30.000 millones de euros más de lo previsto, según el ministerio de Hacienda.

Lo peor es que, lejos de aprovechar esa recaudación extra para rebajar la abultada deuda pública española, el Gobierno ha hecho justo lo contrario y los contribuyentes ya debemos 1,475 billones de euros, un nuevo récord que, denlo por seguro, se batirá en sucesivos trimestres.

Baja la riqueza de las familias y aumenta su endeudamiento hasta los 717.600 millones de euros, frente a los 712.000 millones de junio de 2021. Es el 56,5% del PIB frente al 61,5% de junio de 2021 por el aumento del PIB este año en comparación con el de 2021.

En definitiva, la economía española no va bien y la de los españoles tampoco. Lo que va como nunca es la recaudación del Gobierno que, en lugar de recortar el gasto público, está aprovechando para dispararlo todavía más. Estamos avanzando a toda velocidad hacia el estallido de la crisis de deuda más grave y profunda desde la transición y que impactará -ya lo está haciendo- en los hogares españoles, principalmente en lo que todavía queda de la clase media de nuestro país.

Pero no se preocupen, dentro de unos años, los libros de texto hablarán del éxito del Gobierno Sanchista, que logró mantener el estado del bienestar. Perdón, del Gobierno de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, nuestro amado líder.