A Rheinmetall, el fabricante de los tanques Leopard, le va bien la guerra en Ucrania y el aumento del gasto en defensa y seguridad en muchos países. Y es que ha logrado beneficios y pedidos récord en 2022... y además, entrará a cotizar en el DAX alemán el próximo 20 de marzo.

Hoy es la compañía armamentística más grande de Alemania y la décima de Europa, aunque su historia empezó el 13 de abril de 1889, cuando surgió como el conglomerado de metales y minería Hoerder Bergwerks- und Hüttenverein. Más tarde, con Joseph Massenez al frente, se fundó Rheinische Metallwaaren- und Maschinenbaufabrik Aktiengesellschaft para suministrar municiones al Imperio Alemán y el ingeniero Heinrich Ehrhardt estableció la fábrica en Düsseldorf y la dirigió hasta 1920. Actualmente, las riendas las lleva Armin Papperger, que ocupa el cargo de CEO desde el 1 de enero de 2013 y entró en la compañía en 1990. Rheinmetall no sólo se dedica a los tanques y las armas, sino que tiene cinco divisiones: sistemas de vehículos, armas y municiones, soluciones electrónicas, sensores y actuadores, y materiales y comercio. Sus principales accionistas son numerosos fondos de inversión estadounidenses, entre ellos: BlackRock, Wellington, la gestora de fondos de pensiones Capital Group, Vanguard y Fidelity.

Muchos países han reconocido la necesidad urgente de intensificar sus esfuerzos por la seguridad. Nuestras tecnologías están destinadas a garantizar que la seguridad, la base de nuestra capacidad para llevar nuestras vidas en paz y libertad, pueda protegerse”, subraya Papperger

Estos fondos están sacando tajada no sólo de la mejora de resultados y el aumento del dividendo, sino también de la revalorización bursátil (llegó a superar el 100% en el último año y ahora acumula una del 68% en los últimos seis meses y del 23% desde el inicio de 2023) y de la expansión de su negocio (ha comprado la compañía española de munición y explosivos Expal por 1.200 millones de euros). Respecto a las cifras de 2022, la compañía armamentística alemana ha logrado: un beneficio atribuido de 469 millones, frente al de 291 millones del año anterior; un beneficio operativo (ebit) récord de 754 millones (+27%); un margen operativo del 11,8%; un aumento de las ventas del 13%, a 6.410 millones; y una cartera de pedidos histórica de 26.600 millones, que ha recibido de importantes clientes militares y también de industrias y de fabricantes de automóviles. Ante tan buenos números, ha anunciado que propondrá a los accionistas una subida del dividendo de un euro, pasando de los 3,30 euros por acción del año anterior a 4,30 euros, y lógicamente los fondos no le harán ascos.

Para este año, espera tener un fuerte crecimiento de ventas y ganancias, así como altos márgenes estables. “El cambio de época y la guerra en Europa también han dado paso a una nueva era para Rheinmetall. Muchos países han reconocido la necesidad urgente de intensificar sus esfuerzos por la seguridad. Nuestras tecnologías están destinadas a garantizar que la seguridad, la base de nuestra capacidad para llevar nuestras vidas en paz y libertad, pueda protegerse”, ha subrayado Papperger.